Si algo ha caracterizado al CB Zamora esta temporada ha sido su intensidad, concentración y solidaridad. Su juego se ha basado en una defensa asfixiante y tremendamente dadivosa. En ataque podían ir mejor o peor las cosas, pero el equipo nunca daba un solo balón por perdido. Ayer se vio a otro Innova Chef, uno desconocido, desentendido del partido y con actitudes un tanto cuestionables en algunos de sus jugadores. Todo ello, unido a un atroz porcentaje de tiro hizo que el conjunto azulón se llevase la mayor paliza de la temporada (85-53) ante el colista de la competición: el CB Marbella.
Ambos conjuntos iniciaron el encuentro un tanto destemplados. Los errores no forzados fueron una constante, con especial predilección por los pases precipitados que produjeron una serie de pérdidas que denotaban una falta de concentración en ambas canastas. En esta ristra de imprecisiones salió ganador el CB Marbella, que encontró una mayor solidez defensiva gracias a su defensa en zona y un mayor acierto sobre todo de la mano de Navajas, con siete puntos en los primeros siete minutos (16-9).
La zona condena a los zamoranos
Ante esta situación, Ángel Codón –segundo entrenador del CB Zamora y responsable de la dirección ante la ausencia por enfermedad de Saulo Hernández – se vio obligado a solicitar un tiempo muerto, del que salió la decisión de colocar una defensa en zona y dar entrada a Walter Junior y Ziga Samar. Nada de esto dio resultado, y los zamoranos continuaban acumulando malas decisiones en ataque y defensas precarias que permitieron a los locales encontrar tiros liberados desde el perímetro. Fuentes Fidalgo (10 puntos en el primer periodo), jugador del Marbella, aprovechó el desbarajuste visitante para sumar dos nuevos triples y colocar el 22-11 con el que finalizaría el primer cuarto del choque.
El base esloveno del CB Zamora, Ziga Samar, descansa sobre sus rodillas | Foto Zamora News
El Innova Chef no mejoró con el inicio de los segundos diez minutos. Los blanquirrojos estaban absolutamente superados en todos los aspectos: la pintura y el rebote eran dominio exclusivo del pívot gigantón Diatta; la presión a todo campo no resultaba efectiva, especialmente porque el local Lucas Muñoz estaba superando al base zamorano Anthony Libroia constantemente; la zona defensiva del CB Zamora resultaba plomiza e ineficaz ante la velocidad de circulación de los marbellíes; y, por último, el porcentaje de acierto en los tiros de campo (especialmente en el triple) rondaba un paupérrimo 22%. En resumen, 36-20 a falta de 4 minutos para el final e impresiones que hacían pensar que los locales podían darse un verdadero festín en lo que restaba de encuentro.
La pintura, terreno vedado para un Innova Chef falto de centímetros, musculo y agresividad
La entrada de Konaté por parte del CB Marbella acabó por desarbolar a un CB Zamora al que en el partido en esta jornada 17 se le veían todas las costuras. Este titán maliense de 2,11 metros ejecutó (en la acepción más encarnizada de la palabra) dos mates en dos intervenciones que los zamoranos recibieron como clavos en un ataúd que se empezó a construir desde el minuto 1 de partido. Saulo Hernández, que se encontraba en Zamora recuperándose de un proceso gripal, debía de estar tirándose de los pelos al ver cómo su equipo únicamente acertaba a deambular sobre el campo.
La primera mitad finalizó con un contundente 45-25 a favor de los malagueños, que en todo momento se sintieron cómodos sobre el parqué del Carlos Cabezas. Los porcentajes de acierto lo decían todo: 54% en tiros de campo para los locales y 21% (7/33) para los visitantes. El CB Zamora defendía mal (la zona no hacía más que facilitar triples liberados a los de casa), pero todavía atacaba peor. Solo un par de fogonazos de el esloveno Ziga Samar (máximo anotador con 6 puntos) impidió que el club azulón se fuera a los vestuarios con un resultado más vergonzoso.
Los azulones arrojan la toalla tras el descanso
El paso por vestuarios no cambio absolutamente nada. De hecho, el CB Marbella continuó y continuó aumentando su ventaja en cifras absolutamente sonrojantes para el Innova Chef. Por primera vez en la temporada el conjunto azulón (este año de blanquirrojo) mostró displicencia y mala disposición sobre la cancha. Hemos visto malos partidos en la faceta ofensiva (rara vez en la defensiva, este sábado sí), pero hasta ahora el CB Zamora nunca había sido desidioso o ajeno a lo que ocurría en el partido.
En Marbella sí que se vieron ciertas actitudes poco edificantes; sin duda el base Libroia fue el epítome de esta situación, jugándose tiros imposibles y ejecutando una dirección de campo un absolutamente oligofrénica. Por no hacer, el Innova Chef no hacía ni faltas a sus rivales. Tan tres faltas personales (dos de ellas cometidas en los últimos 30 segundos) en el tercer cuarto, que finalizó 72-39 para los marbellíes.
En el último cuarto el CB Zamora tuvo opción para maquillar el resultado ante un rival con un quinteto repleto de menos habituales, pero ni por esas logró llegar a una cifra que pudiera aceptarse como aceptable. Por su parte, el CB Marbella sentó a Kimbrough, que a pesar de no disputar los últimos diez minutos terminó el encuentro como máximo anotador con 17 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias. 85-53 y a pensar en el próxima jornada de la liga de LEB Plata –que será en el Ángel Nieto ante el Juaristi, colíder de la competición–, pues lo mejor que se puede hacer en con este partido es olvidarlo.