La iglesia parroquial de San Juan Bautista, joya del románico zamorano en pleno corazón de la ciudad, brillará desde este lunes 23 de junio con una nueva luz. Y lo hará en todos los sentidos: a las 20:00 horas, en vísperas de la solemnidad del nacimiento de su santo titular, el obispo de Zamora, Fernando Valera, inaugurará la nueva iluminación artística del templo en un acto que aunará historia, música y espiritualidad.
El evento no será una simple puesta en marcha de focos. El párroco e historiador Miguel Ángel Hernández Fuentes, acompañado por el coro parroquial de San Juan, guiará a los asistentes en una visita especial en la que el simbolismo de la luz adquirirá un protagonismo singular. La música y la palabra se unirán para poner en valor la nueva atmósfera que envuelve al templo, que preside desde hace siglos la Plaza Mayor de Zamora.
La intervención, llevada a cabo por la empresa zamorana Alteisa, supone un antes y un después para la iglesia. Con cerca de cien luminarias de última generación, el sistema combina una iluminación sutil y permanente —pensada para el recogimiento de los fieles y el tránsito de visitantes— con otra más intensa para las celebraciones litúrgicas. El resultado es un juego de luces cálido y envolvente, que oscila entre los 3000 y 3200 grados Kelvin, y que realza con sensibilidad los elementos artísticos y arquitectónicos del templo.
Además del salto cualitativo, la renovación trae consigo una notable mejora en la eficiencia energética: de los 3.000 vatios que consumía anteriormente, se ha pasado a apenas 1.700, a pesar de incrementar considerablemente la intensidad y cobertura lumínica.
El respeto por el patrimonio ha sido una premisa fundamental del proyecto. Para instalar el nuevo sistema se han reutilizado los orificios existentes, eliminando el cableado y luminarias anteriores y empleando carriles electrificados que minimizan el impacto visual y físico sobre la estructura.
Gracias a esta intervención, recobran protagonismo rincones y elementos que permanecían en penumbra. El Calvario sobre el arco triunfal, el rosetón románico interior —idéntico al visible desde la plazuela de San Miguel—, o el magnífico artesonado renacentista del techo emergen ahora con toda su fuerza simbólica y estética. También lucen renovados los retablos y las imágenes de mayor devoción: La Soledad, el Nazareno de la Vera Cruz o las tallas del altar mayor.
La obra, que ha supuesto una inversión superior a los 40.000 euros, se financiará con la colaboración de fieles y amantes del arte. Para ello, se ha abierto una suscripción popular que ya está en marcha.