El pueblo entero de Tábara se desplazó con sus viandas, tortillas y demás manjares de la tierra hacia la pradera de San Mamés, hermoso paraje a los pies de la sierra de la culebra, para celebrar la festividad de San Mamés, fiesta que, si bien antiguamente se celebraba el segundo lunes de pascua, ya hace más de una década se cambió para el primer lunes para facilitar que los hijos del pueblo que andan esparcidos por la geografía española, pudieran asistir a tan tradicional evento.
Un año más la recién restaurada ermita se quedó pequeña y una gran mayoría de fieles tuvieron que seguir la Santa Misa desde fuera. José Manuel Ramos Gordón, párroco de la Villa, fue el encargado de oficiar la Santa Misa, y el acto fue presidido, como de costumbre, por el alcalde José Ramos San Primitivo y la Corporación municipal de Tábara y como invitado de honor, Aurelio Tomás, vicepresidente de la Diputación.
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