La presa de Almendra, uno de los principales atractivos turísticos del Parque Natural Arribes del Duero, ha dejado de ser un destino accesible para los vehículos. La empresa Iberdrola, propietaria de la infraestructura, ha decidido prohibir el estacionamiento en las zonas habilitadas como miradores, citando razones de seguridad y cumplimiento de la normativa sobre presas hidroeléctricas.
La empresa ha explicado que la medida busca alinear la presa de Almendra con las normativas vigentes en otras instalaciones hidroeléctricas de España y Europa, donde el estacionamiento en la coronación de las presas está prohibido. Para evitar el acceso de vehículos, se han vallado los puntos de aparcamiento y se ha instalado señalización para restringir el tránsito en la zona, dejando la corona de la presa accesible solo a pie.
A pesar de la prohibición, la coronación de la presa sigue siendo visitable a pie, permitiendo a los turistas disfrutar de unas vistas espectaculares. Sin embargo, la exigencia de caminar unos cuatro kilómetros en total, entre ida y vuelta, ha despertado el descontento entre quienes consideran que la medida podría limitar la afluencia de visitantes y afectar al turismo en una región ya de por sí vulnerable en términos demográficos y económicos.
La presa de Almendra es la más alta de España, con una altura de 202 metros, y la tercera en capacidad, con más de 2.600 hectómetros cúbicos de agua. Desde su construcción en los años 70, ha sido fundamental para la central hidroeléctrica de Villarino de los Aires y desempeña un papel clave en la regulación de caudales en el río Duero, ayudando a prevenir inundaciones en la región de Oporto, en Portugal.
El impacto de esta decisión va más allá del turismo, afectando a la economía local y la imagen de Arribes como destino de interés. La presa, además de su función energética y de regulación hídrica, es un icono que atrae a miles de visitantes cada año.
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