El lagar de Latedo ha sido, un año más, el escenario en el que el pueblo se ha reunido para mantener intacta la tradición del aceite.
Una tradición de toda la vida, anteriormente por necesidad, pues era la única forma de conseguir este oro líquido y puro que es el aceite de oliva. Ahora, por mantener una tradición que pasó de padres a hijos y que los vecinos de Latedo mantienen viva. El lagar de Latedo volvió a reunir al pueblo para degustar unas buenas torrijas, ayudar para conseguir el aceite y pasar una jornada festiva en comunidad.