El Dolmen de El Casal del Gato (Almeida de Sayago) luce una señalización para explicar los restos de esta construcción con más de 5000 años de antigüedad. Gracias a este panel informativa, tanto los vecinos de Almeida como cualquiera que desee acercarse podrá conocer más sobre ese megalito ubicado a orillas del Regato del Hervidero.
La nueva cartelería, en una foto cedida por el sayagués Jesús Aguilar, se enmarca dentro del proyecto PATCOM del Programa INTERREG V-A de Cooperación Transfronteriza España-Portugal, que también se ha encargado de realizar varias excavaciones en la zona así como de acondicionar el yacimiento insinuando sobre el terreno la estructura perdida del monumento.
Fue descubierto por César Morán en la década de 1930 de forma parcial, ya que únicamente se conservaba el pasillo (que era utilizado como refugio por pastores y cazadores), sin hallar prácticamente vestigios del túmulo y de la cámara.
Esta construcción de finales del Neolítico destinado al enterramiento de miembros de una comunidad. También se le atribuye un uso como cementerio en la fase siguiente, la llamada Edad del Cobre y, en algún momento posterior, a lo largo del II milenio a. C., en la Edad del Bronce, acogió algún enterramiento individual en forma de caja delimitada por pequeñas lajas, del tipo que conocemos como cista.
Se sabe que originalmente esta construcción estaba formado por una cámara funeraria de planta circular de unos 5,80 metros de diámetro de grandes lajas graníticas hincadas, un túmulo de tierra y piedras que la cubría por completo y un corredor de acceso, orientado al sureste, al solsticio de invierno, y de 6 m de longitud. El monumento, de unos 24 m de diámetro, era visible a cierta distancia y pudo funcionar como marcador territorial de la comunidad que lo levantó, cuyo poblado no se ha localizado.
Sin embargo, el terreno ácido que caracteriza a la zona ha impedido la conservación de restos óseos, por lo que no es posible conocer el número o las características de los individuos que pudieron enterrarse en el monumento. Sí se han hallado en cambio fragmentos cerámicos elaborados a mano, piezas de sílex y de cuarzo, cuentas de collar de piedra variscita de color verde o una hoja de puñal de cobre.
Sayago irradia cultura allá donde se mire. Desde sus cortinas de piedra que se extienden por toda la comarca, pasando por los chiviteros que se pueden encontrar en Torregamones o Cibanal. Sus gentes también irradian saber en una tierra que provoca las delicias de turistas y curiosos que, sin embargo, no suelen encontrar a mano información de estas construcciones.