A las 22.20 horas salían los primeros cofrades y la procesión se organizaba de forma diferente, sin huerto, sin hermanos ni hermanas esperando en la iglesia ni en el fondo de ese espacio privado y especial donde las sandalias se aprietan, donde se colocan cíngulos y faroles, donde se daban los últimos retoques a la presencia de los hermanos y hermanas que esperaban atentos y nerviosos a su llamada a la fila.