La Virgen de la Esperanza vuelve a recibir el calor de los suyos: sus damas, con su habitual traje enlutado adornado con tulipa y el único toque de color con la cinta verde y la vela resguardada del viento en una tulipa de cristal han acogido a la talla en su salida del Convento de las Dominicas, donde ha permanecido desde la noche del Martes Santo tras su despedida del Nazareno de Frontis.