El encierro comenzó puntualmente a las 11 de la mañana, marcado por los tradicionales cohetes que anunciaban la salida de los toros y cabestros. En menos de cinco minutos, la manada, compuesta por cuatro toros y varios cabestros, completó un recorrido limpio, sin incidentes graves, más allá de algunos empujones y caídas al grito de "¡Que vienen los toros!".
La organización del evento, en la que se implican el ayuntamiento, la Guardia Civil y Protección Civil, Policía local y las mismas peñas del pueblo, han garantizado la seguridad de los asistentes, destacando la preocupación del alcalde por mantener la tranquilidad en una aglomeración tan masiva. Tras en encierro y el toque de campanas, llegó el momento de las vaquillas, cortes y quiebros de jóvenes y no tanto dieron mucho juego a la llegada del mediodía. El encierro transcurrió en la más absoluta normalidad sin más incidentes al respecto.