El periodismo es la profesión menos valorada entre la población. No lo digo yo, lo dicen las encuestas. Sí que es cierto que la profesión se ha visto precarizada, no solamente por las nefastas condiciones laborales, sino también por el intrusismo laboral y los numerosos trabajadores que no lo son.
Sin embargo, cuando realmente se siente vocación; el trabajo duele. Apenan las faltas de respeto, los comentarios negativos, los compañeros asesinados por simplemente, cumplir con su misión: informar.
Con la vocación se nace. La mayoría de periodistas son periodistas por vocación. Pocas personas aguantan jornadas laborales infinitas, sin horarios, sin descansos porque una noticia llega en cualquier momento. La vocación es conocer una información y no poder seguir haciendo lo que estabas haciendo porque las palabras te arden en la punta de los dedos.
Hoy protesto porque ya son seis los compañeros que han muerto asesinados en Ucrania. No es algo nuevo. La Federación Internacional de Periodistas registra casi 3.000 periodistas asesinados en todo el mundo desde 1991. Es realmente difícil que, por contar la verdad, acaben con tu vida.
Muchos profesionales deciden emprender sus viajes a zonas bélicas, publicar ese reportaje que siempre has querido leer y no se ha hecho, contar lo que está pasando en cualquier lugar del mundo. Sé que la labor no se hace por dinero, sino por vocación. Yo trabajo desde una oficina, sin ningún peligro, pero si me propusieran acudir a Ucrania, a Afganistán, a Siria, a Brasil, a México para contar qué está pasando. Lo haría. Con los ojos cerrados y con la mano en el corazón, nací para esto.
Asesinatos, periodistas torturados… esta es la situación que viven muchos de los profesionales que trabajan para informar. En menos de tres semanas en Ucrania han fallecido seis periodistas: Dilerbek Shukurovick, Viktor Dudar, Brent Renaud, Pierre Zakrzewski, Oleksandra Kurshynova y Oksana Baulina.
Por todos vosotros; los que tienen nombre, los que no. Los periodistas que mueren en cualquier lugar de este planeta que no tiene piedad con la profesión; seguiremos luchando, por vosotros.