Opinión

La fiesta del fútbol y el valor de la vida

Con tan solo 26 años este joven deportista perderá la vida por hacer lo que muchos otros hacen
Amir Nasr vía fuente desconocida
photo_camera Amir Nasr vía fuente desconocida

Este domingo se celebró la gran fiesta del fútbol con la final de un Mundial. Personas de todo el mundo estaban pendientes de la televisión para ver un encuentro televisivo que se da cada cuatro años. Un día que se pudo aprovechar, pero no se hizo. Todo tenía que ser políticamente corrector... sin importar nada más.

Mientras Irán cuenta los días para decapitar al futbolista iraní Amir Nasr-Azadani, Qatar y el mundo entero celebraban los goles. Ni un gesto, ni un guiño, absolutamente nada que sirviera para continuar con la lucha que arrancó con el asesinato de Mahsa Amini el 16 de septiembre.

Con tan solo 26 años este joven deportista perderá la vida por hacer lo que muchos otros hacen. Eso sí, en un país que no está arraigado a creencias arcaicas. Sin embargo, no será el primero, ni tampoco el último.

Este año el jugador participó en las protestas por la muerte de Amini, que falleció a manos de las fuerzas de seguridad que la golpearon hasta la muerte. Después aseguraban que falleció porque padecía cáncer. Sí, llamado régimen. Amir fue acusado por "enemistad con Dios". ¿Qué Dios permitiría el asesinato?​

El deportista fue detenido por defender públicamente los derechos y libertades de las mujeres en Irán. Ahora se enfrenta a pena de muerte. Quizá nadie dejó que recordaran a Amir en este Mundial de la vergüenza.

Un encuentro deportivo que ya tenía la polémica servida antes de arrancar. ¿Cómo van a defender el asesinato de un jugador en un país con uno de los peores regímenes? ¿Qué importa la vida en Qatar cuando han sido más de 400 los trabajadores migrantes que fallecieron construyendo los estadios para celebrar este falso Mundial?

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