Todo un desaguisado, un sin Dios como se dice, un momento en el que ni la iglesia está de acuerdo. Aquí el caso es opinar y dejar que los que de verdad saben, deben estar sumidos en un caos tremendo, pensando en para que habrán dicho nada y para que habrán advertido. No hay sentido, y tampoco razones para que estos desastres entre administración central y comunidades tengan estos resultados que lo que sumen es en un desconcierto absoluto a la población que ya va viendo por donde vienen los intereses de cada uno.
Policía y Guardia Civil, trabajarán para que se cumplan las normas establecidas, claro está, pero qué normas...las del Gobierno o las de la Junta de Castilla y León.
La opción es clara y serán las normas establecidas por la JCYL las que tengan que acatar, y decicarse a poner multas aunque claro está que si se recurre contra el TSJCYL y este deroga las medidas, las multas quedarán sin efecto como ya ocurriera en verano.
No hay cargo de conciencia y claro está que o bien se ponen de acuerdo definitivamente sobre lo adecuado o también será momento de cuestionar las decisiones de un poder, el de la Junta de Castilla y León que hace caso omiso a los decretos del Gobierno de Sánchez. ¿Qué pasaría si Torra o la Generalidad de Cataluña hiciera lo mismo? ¿otra vez sería rebeldía? el sin Dios es manifiesto.
Claro es que los pobres Policías Nacionales y Guardias Civiles así como los policías Municipales, no tienen culpa alguna del desguisado que se vuelve a montar en torno a medidas que aunque pretendan salvar vidas han de hacerse con el sentido común y no jugando al pio pio.
Todo un ejemplo de lo que está pasando en este país y en esta región donde parece más importante el yo más, que el sentido común y el acuerdo para salvaguardar lo más importante que es la vida de los ciudadanos.
Los criterios epidemiológicos se saltan a la torera cuando hay una tercera ola que según muchos será un tsunami.
Ver para creer y luego votar en consecuencia, a mi este equipo no me vale, que lo cambien, que CyL, España y el mundo no está jugando en la liga de la vida sino en la de intereses partidistas y absurdos del estilo "yo la tengo más grande". Recuerden que juegan con personas con colectivos que están más que hartos de tanto y tanto dar sin recibir nada a cambio.