Opinión

Este país no puede soportar más muertes, pero nos la seguimos jugando

Así es y así nos va. La pandemia no tiene segunda oleada, sino como dice Verónica Casado Consejera de Salud de CYL sigue aquí la primera pero por irresponsabilidad de todos.

La conciencia de cada uno y la gran cantidad de contactos sociales de los españoles llegan a lo que tenemos ahora mismo. Un nivel de contagios similar al de abril, pero claro noa hemos cargado la economía y España no puede mas.
Con una deuda histórica de más de 1'3 billones de euros seguimos haciendo el agujero mucho más grande y esto sigue siendo un no parar como la pandemia.
Las producciones españolas enfocadas al turismo se han hundido y el turismo nacional no es suficiente para tapar el enorme agujero que ha provocado la COVID-19. En el interior la crisis se acrecenta y los pueblos ven como la irresponsabilidad de los jóvenes y de los visitantes llevan a decenas de positivos en zonas donde durante el confinamiento ni siquiera supieron que era el virus.
Hosteleros en pie de guerra y que tendrán que asumir ahora las nuevas normas impuestas por CyL que recortan de nuevo aforos y contactos sociales.
El cambio triste de sonrisas por mascarillas no deja ver tampoco la ruina económica para muchos aunque también ha sido el reflote de otros muchos negocios que se veían perdidos.
Tiempos de incertidumbre que en nada ayudan a la sanidad o educación que deberían de una vez por todas estar regidas por el Estado para que de una vez por todas se homogeneinazaran criterios de una santa vez y todos los españoles tuvieran las mismas oportunidades y derechos y a la vez no hubiera la descoordinación existente y los desastres entre comunidades que se preparan.

El caso es que perdemos españoles, jóvenes antes porque se iban y ahora porque se contagian y acabarán muriendo, y mayores, más cada día y aunque parece que esto es una selección natural, la naturaleza no es tan cruel como el ser humano, la codicia y la falta de solidaridad llevan a estados como en el que nos encontramos.
Triste es haber subido a la Luna haber mandado fuera del sistema solar sondas y no ser capaces de crear una vacuna efectiva para un bicho que recuerda al ser humano que es frágil y más débil de lo que cree.
Entre tanto los sanitarios volverán a ser los que saquen la cara por una sociedad insolidaria y que solo piensa en lo de siempre y a la que parece que 50.000 muertes se la traen al pairo.

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