Opinión

Resucita, Zamora

Zamora ha vivido con los cinco sentidos una nueva Semana Santa y se ha transformado en una ciudad llena de vida, de gente, de ilusiones, de sueños. Me niego a pensar que con la retirada de los reposteros del Ayuntamiento y el regreso de los Cristos a los altares esta ciudad quede condenada a su permanente letargo, a que se cumpla aquello de que Zamora vive cuando Cristo muere y muere cuando Cristo resucita.

Resucita, Zamora, porque la primavera ha llegado y llama a tus puertas y la vida no se detiene, no se condensa en una semana.

Resucita, porque si el pueblo ha sido capaz de sustentar durante siglos algo tan bello y mantenerlo vivo, ese mismo pueblo es capaz de mirar hacia el futuro y no vivir alimentándose del pasado, de lo ya hecho.

Resucita, Zamora, porque este año Toro vive sus Edades, el Hombre cumple Edades en Toro y hay que aunar voluntades y esfuerzos para ofrecer lo mejor de esta tierra a todos aquellos que nos visiten.

Resucita, Zamora, porque miles de jóvenes se han formado en tus aulas y tienen derecho a  buscar y encontrar el pan en su tierra, en su casa. Porque tienen derecho a echar raíces y a criar aquí a sus hijos, a generar riqueza, a devolverte lo que tú les das.

Resucita, Zamora, porque hay un tren que te pone a hora y poco de Madrid, del corazón de España. Porque tienes mucho que ofrecer, tanto, tu gastronomía, tus productos de calidad, tu comercio tradicional, tus increíbles paisajes, tus pueblos, tu arquitectura noble, la hospitalidad de tus gentes.

Resucita, Zamora, porque tú no eres de piedra; porque tú tienes un corazón, miles de corazones que laten. Porque no eres agua del Duero, que pasa y muere mansamente en el mar y se hace sal y océano.

Resucita, Zamora, porque tienes derecho a la vida; porque no te puedes quedar dormida. Porque quiero creer que los milagros son posibles más allá del milagro de la Resurrección y la Pascua.

Comentarios