Zamora Viva se suma al enfado por el silencio de las grandes ecologistas ante el impulso de las macrorenovables
Dentro de esta llamada de atención, las 50 asociaciones firmantes efectúan una excepción sobre algunas de los grupos ecologistas locales y provinciales, como Ecologistas en Acción de Zamora, que sí se ha posicionado abiertamente en contra de esta industrialización sin freno
Dentro de esta llamada de atención, las 50 asociaciones firmantes (aunque la lista de adhesiones se mantiene abierta) efectúan una excepción sobre algunas de los grupos ecologistas locales y provinciales, como es en el caso de la asociación provincial Ecologistas en Acción de Zamora, que sí se ha posicionado abiertamente en contra de esta industrialización sin freno.
Para Zamora Viva, como para el resto de asociaciones, el despliegue desordenado y sin control de macroplantas eólicas y fotovoltaicas no es la forma adecuada de llevar a cabo el abandono de los combustibles fósiles, por lo que piden explicaciones; y que en el caso de estar equivocadas en esta defensa del territorio y del patrimonio natural se argumente con claridad. Las asociaciones firmantes piden que se tenga en cuenta los innumerables estudios científicos que cuestionan este despliegue de macro renovables, y se ofrecen a ayudar a estas organizaciones en esta tarea gracias a la experiencia acumulada en estos últimos años.
Así mismo, critican que estas organizaciones hayan tejido una red de apoyo y colaboración con estamentos políticos, lo que podría dificultar un posicionamiento en contra. Y recuerdan que un mero repaso a DIAs negativas constituye una demostración indiscutible de cuánta biodiversidad, patrimonio cultural (entre otros) ha salvado la acción en forma de alegaciones de la Sociedad Civil directamente afectada.
Las asociaciones piden que las organizaciones ecologistas expliquen por qué les han dejado solas. Es evidente que el ecologismo es consciente del peligro, sin precedentes, que supone para la biodiversidad el despliegue masivo de polígonos industriales eólicos y fotovoltaicos, proyectados sin criterio, ni control, en montañas y zonas rurales. Seguramente, aseguran, todas estas organizaciones tienen conocimiento de los impactos adversos, directos e indirectos, sobre flora y fauna, que tienen estos macroproyectos; entre los que destacan la destrucción y fragmentación de hábitats, mortalidad directa de aves y quirópteros por colisión contra las infraestructuras eólicas y de evacuación, aumento de zonas degradadas que los animales evitan ‒reduciendo aún más sus territorios vitales‒, cambios en el clima local y global, y así una larga lista que incluye daños tanto a la salud humana como al resto de fauna; y por esto mismo es tan importante una clarificación de las posturas ecologistas y el porqué no están actuando.
Tanto para Zamora Viva como para las más de 50 asociaciones firmantes, la crisis de la biodiversidad constituye una amenaza igual de importante que el cambio climático, por lo que no se puede paliar una exacerbando la otra. España es el país europeo que más territorio aporta a Red Natura 2000, conservando la mayoría de la diversidad biológica de plantas y animales, pero de seguir con este despliegue de renovables pronto dejará de serlo. Todo ello merece una reflexión profunda de las grandes organizaciones ecologistas. Así como la consideración de los efectos adversos que el presente modelo de transición tiene sobre la sociedad humana, a su salud, al abandono de zonas rurales, actividades locales, usos tradicionales del suelo, oficios ancestrales y demostrablemente sostenibles.
Por todo ellos, preguntan a las 5 organizaciones ecologistas: ¿por qué en este debate nunca hemos oído vuestra voz? ¿Por qué en muchos casos, no habéis ni siquiera contestado a las consultas previas que se os enviaron en el proceso de tramitación de macroproyectos?