Zamora relanza la tradición del Ramo de Navidad con más ramos, desfile y una gran ruta comercial
El Ayuntamiento de Zamora y la agrupación etnográfica La Morana presentan una nueva edición de la campaña del Ramo de Navidad, una tradición ancestral recuperada que este año duplica su presencia en los comercios, incorpora un gran desfile el 20 de diciembre e instala un ramo monumental de siete metros en la Plaza de Viriato.
El Ramo de Navidad vuelve a convertirse en uno de los ejes del programa festivo de invierno en Zamora. La ciudad refuerza esta tradición leonesa casi perdida y lo hace con una campaña expandida que une comercio local, etnografía y divulgación cultural. La iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento de Zamora y la formación etnográfica La Morana, se consolida como un escaparate de patrimonio inmaterial y como un recurso dinamizador para las zonas comerciales.
David Gago subraya que esta propuesta combina dos elementos profundamente identitarios: el comercio tradicional y el ritual del ramo. Una costumbre que estuvo a punto de desaparecer y que ha sido rescatada gracias al trabajo de diversas personas y colectivos de la provincia, especialmente La Morana, que ha logrado recuperar 16 modelos distintos que forman parte de la ruta expositiva en escaparates. El año pasado la muestra incluía ocho ramos; en esta edición se duplica la cifra, incorporando barrios, nuevos comercios y más puntos de exhibición.
La campaña suma además un desfile de ramos de Navidad el sábado 20 de diciembre, con el objetivo de reforzar la visibilidad y el valor cultural de esta tradición, extendida por las provincias de León, Zamora y Salamanca. En Zamora capital, el barrio de Las Llamas continúa celebrando el ramo como parte de su identidad festiva. Según estudiosos de la etnografía, este ritual podría tener raíces pre-romanas, evolucionadas posteriormente con simbología cristiana como las velas, la luz o las ofrendas alimentarias típicas de muchos pueblos.
La Morana destaca que detrás de cada ramo hay un amplio trabajo de investigación y reconstrucción, desarrollado junto a antropólogos y expertos de León y Salamanca. El objetivo es que la revitalización de este rito no se quede en un adorno navideño, sino que sirva como herramienta didáctica y de difusión de un patrimonio que en algunos lugares ya no se conserva. Por ello, la organización subraya que el programa crece para responder al interés creciente del público y para atender la demanda de comercios y particulares que desean incorporar un ramo en su decoración festiva.
Una de las principales novedades es la sustitución de las jornadas etnográficas del año pasado por un gran desfile, que congregará a grupos de Asturias, León, Salamanca, Zamora y Valladolid, además de las aulas de folclore de Puebla de Sanabria y Benavente. La previsión es reunir entre 10 y 15 ramos distintos y movilizar a cerca de 400 participantes ataviados con indumentaria tradicional. Si la meteorología fuera adversa, el desfile se trasladaría al salón de actos del Seminario.
La actividad incorpora también un componente formativo: talleres infantiles y juveniles para que los más pequeños aprendan a construir su propio ramo, una propuesta que el año pasado registró una elevada participación y que vuelve a incluirse en la programación de la Concejalía de Juventud.
La ciudad luce ya el gran ramo monumental instalado en la Plaza de Viriato, frente al Palacio de los Momos. Con siete metros de altura, esta pieza reproduce el ramo ofrecido por las monjas de Carbajales de Alba tras la gripe española, y destaca por su pañuelo bordado y por la cuidada recreación de los elementos simbólicos que conforman este tipo de ofrendas. A lo largo de la ruta, los escaparates muestran ramos procedentes de Sanabria, Benavente, la Tierra de Alba, los valles del norte de la provincia y distintas zonas de León. Muchos de ellos han sido reconstruidos a partir de documentación gráfica histórica y relatos orales, debido a que las estructuras originales no se conservan.
La producción se ha realizado íntegramente en el taller de La Morana, que ha elaborado incluso los alimentos ornamentales en versiones ficticias para garantizar su conservación. Las tipologías van desde los ramos triangulares más comunes en León hasta estructuras más complejas propias de Zamora y Sanabria.
Con esta iniciativa, Zamora refuerza un patrimonio festivo que combina raíces paganas vinculadas al culto a la naturaleza con elementos cristianos incorporados a lo largo de los siglos. El Ramo de Navidad, convertido en símbolo identitario y atractivo cultural, se proyecta de nuevo como un aliciente para el comercio y como una cita destacada de la temporada invernal en la ciudad.