Volver a la Uni: la promoción del 75 se abraza a 50 años de vida y memoria en la Universidad Laboral de Zamora

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La promoción del 75 de la Universidad Laboral celebra su 50 aniversario: memoria, emociones y reencuentros

La Universidad Laboral de Zamora ha vuelto a ser escenario de emociones este sábado 27 de septiembre. Medio centenar de antiguos alumnos de la promoción de 1975 han regresado al centro medio siglo después de haber iniciado allí sus estudios, en plena adolescencia y en una España que comenzaba a cambiar de piel. El reencuentro ha sido mucho más que una celebración académica: ha sido un viaje en el tiempo cargado de anécdotas, recuerdos y homenajes.

El programa de la jornada arrancó con una misa en memoria de los compañeros fallecidos, un momento solemne que recordó a quienes ya no han podido sumarse a esta cita. Después llegó uno de los instantes más simbólicos: la colocación de una placa conmemorativa en la propia Universidad Laboral, un gesto que los asistentes calificaron como “un acto de justicia y de memoria”. Tras la foto de grupo, tocó recorrer pasillos, talleres y aulas que aún guardan el eco de las voces adolescentes que un día aprendieron allí oficios, matemáticas o dibujo técnico, entre el olor a metal, tiza y pupitres de madera.

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Los recuerdos se entremezclaron con la música que marcó toda una generación: Pink Floyd, Triana o los sonidos del rock progresivo que sonaban en aquellos años en los que los internos se levantaban antes del amanecer para asistir a clase, muchos de ellos becados por la Diputación u otras entidades y con el peso de mantener un expediente impecable como única tabla de salvación para su futuro.

“Éramos hijos de obreros, de labradores, chavales de pueblo, pero aquí tuvimos acceso a medios y a una formación de nivel que nos marcó para siempre”, resumían algunos de los asistentes, orgullosos de haber sido parte de una experiencia colectiva irrepetible. Otros recordaban la convivencia en los dormitorios, las rivalidades amistosas entre “topos y grillos”, los partidos de fútbol o baloncesto y la disciplina de unos años en los que hasta el corte de pelo era símbolo de época. También de aquellos uniformes en los que se leía UNI Laboral, más tarde CEI ...que tiempos aquellos.

El reencuentro incluyó también una sesión de fotos con imágenes en blanco y negro de entonces, recuperadas para la ocasión, y una comida en un restaurante de la ciudad, prolongada en largas charlas, bromas y recuerdos compartidos. La visita a las clarisas, responsables antaño de coser y lavar la ropa de los internos, cerró la jornada con un guiño a la memoria de lo cotidiano.

Para muchos, el 75 fue una promoción singular: la que comenzó sus estudios con Franco aún vivo y vio cómo el dictador fallecía pocas semanas después. “Fuimos los que hicimos del 20N casi una fiesta”, comentaban entre risas, pero con respeto, conscientes de que ellos vivieron en primera persona un tiempo histórico y convulso. Muchos dejaron de cortarse el pelo, y claro alguno se "enrató" con el taladro y aprendió al porqué de llevar el pelo corto cuando se trabaja de tornero. Maestros industriales, torneros, e Ingenieros de los que se rifaba la Fasa, Renfe o cualquier arma del ejército español, se formó en la UNI en la Laboral, un lugar donde la educación y la clase obrera no estaban reñidas, donde los valores humanos superaron barreras, donde se crearon los principios de muchos de los que hoy son los que dirigen y defienden la humanidad y los verdaderos valores de la dignidad. Los cuatro primeros cursos de aquel 75 que vio morir al Generalísimo hoy son los que cumplen de 63 a 65 años y siguen algunos en activo, "los menos" como dice Jero Cantuche un hombre que ha dejado y aún deja impronta en el sindicalismo zamorano. 

También conocimos a uno de los que el torno le marcó la vida y casi la deja en un accidente 25 días antes de casarse, un hombre de Ciudad Rodrigo que se ha "currado" la imagen de la placa de su promoción y también un llavero conmemorativo del 50 aniversario de tantos y tantos buenos momentos. Al final creo que seremos menos de 40 comentaban, pero bien avenidos y con todas las ganas de sacarle punta a una experiencia de entre 5 y 8 años de mucho estudiar para ser hombres de provecho...como se decía por aquel entonces. A estos del 75 les ha aprovechado bien, han sido hombres duros y sin internet ni IA algo que no echan de menos y que tienen claro que es mejor sacar de las manos y la cabeza las cosas que de un ordenador por mucho que ayude. Otros tiempos, otras ventajas e inconvenientes....

Hoy, medio siglo después, aquellos adolescentes son padres, abuelos y profesionales jubilados, pero comparten un mismo sentimiento: el orgullo de haber pertenecido a la “Uni”, como siguen y seguimos llamando cariñosamente a la Universidad Laboral. Un centro que, con sus luces y sombras, les marcó para siempre y que este sábado volvió a unirlos en torno a la memoria, la amistad y la certeza de que, en Zamora, hay historias colectivas que merecen ser contadas.

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