El nuevo subdelegado de Defensa en Zamora, el coronel Vicente González, quiso agradecer en su toma de posesión el acompañamiento de las principales autoridades zamoranas, "en un día tan especial y también un especial recuerdo a los que no pueden estar, a mi padre y abuelos difuntos; a mis hijos, y a tantos otros compañeros y amigos que hubieran querido acompañarme, y que, por las limitaciones propias de la pandemia no han podido hacerlo".
El coronel aseguró en su alocución que "la pandemia de la que, como de todas las dificultades que España ha afrontado a lo largo de su historia, que saldremos mejores y mas fuertes, a costa eso sí de un alto precio en vidas y haciendas. Vaya también mi recuerdo y homenaje para aquellos que hemos perdido en este duro tránsito".
Vicente González Inició su discurso con el capítulo de agradecimientos: "a ustedes por estar hoy aquí en este sencillo acto; pero, especialmente, al subdirector general de administración periférica, querido Jesús, por haber depositado de nuevo tu confianza en mi persona, y proponerme al subsecretario de Defensa para este cargo, que me permitirá cerrar el círculo y dar fin a una azarosa vida militar en el solar en el que nací y me crié, donde yacen mis ancestros, en esta provincia de Zamora a la que tanto quiero".
"Gracias también al personal de la subdelegación: os agradezco vuestra acogida y que hayáis asumido desinteresadamente tareas que exceden vuestros cometidos para realce de este acto. Siendo sincero os diré que me habéis hecho sentir como en casa desde el mismo momento en que crucé este umbral", continuó el coronel, que aseguró que "ya hace seis años que (edad y oficio obligan) puse fin a una etapa de mi vida al frente de las tropas con las que tanto disfruté, a las que tanto admiré y con las que tanto he vivido a lo largo de más de treinta años".
González recalcó que "tras tres años como Delegado de Defensa en Castilla y León, hoy inicio una etapa nueva al servicio de España en esta Subdelegación de Defensa en Zamora que, siendo como soy zamorano de nacimiento y de corazón, tierra de soldados desde tiempo inmemorial, me llena no sólo de orgullo sino también de satisfacción".
"Tengo la fortuna de contar aquí con un gran equipo, a algunos os conocía y a otros os he ido conociendo a lo largo de estos días, y sé que me lo vais a hacer muy fácil. Por mi parte, traigo el bagaje y las enseñanzas de mi paso por la Delegación en Castilla y León que, evidentemente, me serán de gran utilidad; pero sobre todo, cuento con el magnífico trabajo que, con visión de futuro y carácter transversal, ha realizado el coronel Andrés Cuéllar, a quien agradezco sinceramente su acogida, su confianza y su franqueza. Gracias, querido Andrés, me consta que tienes el reconocimiento, no sólo de las autoridades, sino de las gentes de la provincia de Zamora, y dejas este puesto con la satisfacción del deber cumplido. Te deseo lo mejor para esta etapa de tu vida que hoy inicias. Este nivel tan alto alcanzado, no debe ser para nosotros, componentes de la subdelegación, un motivo de complacencia. Debemos mantenerlo, que soy consciente de que no es fácil, y elevarlo en los márgenes posibles, a sabiendas de que, circunstancias ajenas a nuestras voluntades, a veces limitan los progresos".
Y continuó dirigiéndose al personal de la subdelegación (unos presentes en esta sala y otros que atendéis a este acto desde vuestras pantallas):
"Tengo absoluta confianza en vosotros. El buen funcionamiento de una organización militar, en este caso compuesta de militares y civiles, se basa principalmente en eso, en la lealtad y en la confianza mutua; la de los jefes en que sus subordinados cumplirán sus misiones y actuarán en todo momento con fidelidad al mando y a la misión que toca a cada uno; y la de los subordinados en sus superiores respectivos, en la creencia de que procederán y ordenarán con inteligencia, justicia y lealtad a ellos".
Señaló que "aunque también, según el pequeño manual que he ido fraguando en mi memoria a través de la formación y de la experiencia, también se basa en que haya una firme voluntad en cumplir la misión por encima de otras consideraciones, en la jerarquía de la organización, en la responsabilidad en el ejercicio del mando, en la identificación y determinación de prioridades, en la toma de decisiones en modo y momento oportuno, en mantener al subordinado informado, respetar sus competencias y velar por su bienestar; en la iniciativa individual a todos los niveles en el marco de la misión asignada, en el compañerismo, en el deseo de superación en la creencia de que todo es mejorable, y por último, en la humildad para entender que el aprendizaje es diario y continuo" .
El coronel indicó que "he venido aquí también para aprender, porque nunca consideré que sabía suficiente sobre la honrada profesión de soldado. A lo largo de estos treinta y ocho años de servicio nunca dejé de aprender: de mis padres y maestros primero, después de mis superiores, de mis antiguos, de mis compañeros, de mis suboficiales y de mi tropa; porque el conocimiento nos hace mejores, más eficaces y más eficientes en nuestras tareas. Por eso, aquel que piense que ya sabe todo del puesto que desempeña, que con su experiencia y veteranía ya no le queda nada que aprender, no sólo es un presuntuoso sino también un necio".
Y para finalizar, el nuevo subdelegado de Defensa rogó a los presentes que "se pongan en pie y unan sus voces a la mía como testimonio de su creencia en una España democrática, fuerte y unida" en el amparo constitucional, y griten conmigo:
¡Viva España!
¡Viva el Rey!