Hasta siempre querido Lolo, Manuel Hernández Carrasco que la tierra te sea leve
Quizá la vida no vuelva a ser justa, las segundas y terceras oportunidades, siempre hay que aprovecharlas y cuando se truncan, también son siempre dolorosas.
Querido amigo Lolo, allá donde estés, seguro que habrá un espacio en el que la tranquilidad y el sosiego te inunden, el trance ya lo pasaste, compañero de muchas aventuras y vida, que Dios te guarde y que el viaje te sea leve.
Manolo "el Francés" el "Lolo", era el hermano de Pilar, de Mimi, de Julián, de Felipe, de Chechu y de Demelsa. Uno de los hermanos de una familia que se crió en Francisco Pizarro en el barrio de los Bloques, familia humilde y querida por todo el entorno.
Al colegio juntos, al instituto juntos, al trabajo muchos años juntos y como no, a liar-la juntos. Una familia unida y querida, en la que la matriarca siempre hizo el papel de pastora de ovejas, y gallina mayor, arropando a todos y cada uno de sus polluelos. Manolo quizá por ser en muchas ocasiones el más "enclenque" aunque era el mayor de todos, era el que más apoyo necesitaba, y entre todos me consta, que siempre lo protegieron y lo cuidaron como a ninguno. Siete hermanos, siete, y es de pensar en las dificultades, en el cariño y esfuerzo de todos y por todos, entre ellos, en su pequeño piso de los de Francisco Pizarro de los de sindicatos, y donde las habitaciones se multiplicaban con literas. Allí dormían y vivían y eran lo más felices que podían. Más allá de suegras, nueras, novios y novias, divorcios y separaciones, los Hernández Carrasco son y serán una verdadera piña a la que ahora le falta un piñón al que echarán mucho de menos.
La desgracia de la muerte súbita siempre tiene un componente de sorpresa, esa que te da la vida y que te la quita sin explicación, aunque queramos encontrar la explicación en mil historias, esto llega cuando llega y nunca nadie sabe cual es el momento, así de cruel y de crudo como la vida misma es el momento en el que la pierdes.
Manolo amigo, muchos años atrás en Caballo Negro hablábamos largo y tendido de tantas y tantas cosas. Aquellos viajes a la Habana en Toro de madrugada, aquellas noches locas de trabajo pero también de copas, y de mucho ligar ( porque era un ligón aunque de los caballerosos y buenos).
Hablar de lo divino, de lo humano y de aquel mucho vivir, hasta no poder más era el sino. Noches en vela, jornadas maratonianas de trabajo, cosa que ahora "ni de coña", es más ya no lo soportaríamos, ni lo soportarían muchos de los que ahora son "profesionales", aunque le echen muchas ganas. Hoy el mundo de los que te conocíamos se hace más triste y se estrecha, ya que no habrá solución a ese: " hola como andamos"...ni sonrisa siempre amable desde el otro lado de la acera o de la ventanilla del coche.
La puta vida, y la puta muerte, luchar y luchar, remar y remar para morir en la orilla o en la montaña, o en casa como tú. Yo espero que haya sido algo tranquilo y sin dolor, porque han sido muchos años de lucha interna, y de dolor sin cuartel, tú y yo sabemos bien de que se trata.
Amigo Lolo, Manuel, Hernández Carrasco, Manolo "el francés"....ya ves con ascendencia de Cáceres. Solo tú sabes lo vivido, lo disfrutado y lo querido, aquí muchos te echaremos de menos, tu hija, tu pareja, también Marta tu ex mujer, tus amigos, tus compañeros, y por supuesto tus hermanos y como no tu madre.
Ten por seguro que el primer cubata que me tome aunque no sea de lo que tu bebías, lo tomaré pensando en aquellos maravillosos momentos que pasamos juntos riéndonos de la vida y disfrutándola tanto y tantas veces. Los de la quinta del 61 seguro que tenéis mucho que hablar allá en el cielo, no habrá muchos de tu quinta, aquí esperan muchos, otros más jóvenes esperamos verte también pero dentro de muchos años. Entre tanto vete poniendo música, escuchando el mar, viajando lejos, espéranos con la puerta abierta de ese corazón grande que tenías, y que aunque ya no late en este mundo, seguro que en el otro será el que ponga el ritmo al entorno.
Descansa en paz amigo, y que la otra vida, esa de la que no sabemos como se está, al menos te sea leve, sin sufrimientos, en paz y con la dicha de saber que todos nos reuniremos allá algún día. Todo lo escrito siempre desde dentro, con cariño y sin acritud ninguna, pensando sobre todo en los que aquí quedamos, esperemos que tu viaje nos haga recapacitar y darnos cuenta de lo efímero que es todo.
La capilla ardiente en el Tanatorio Sever sala 7. Misa Funeral a las 16.00 horas en la Iglesia de San Frontis.
DEP Manuel Hernández Carrasco