Ricardo Díez Santana se despide de la Banda Ciudad de Zamora

Ricardo Díez (segundo por la derecha) junto al inolvidable Carricajo y otros miembros de la Banda Ciudad de Zamora

Cede su testigo a Víctor Roales y anuncia su retirada en una emotiva carta publicada en Facebook.

Ricardo Díez Santana, actual director de la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora, ha anunciado a través de las redes sociales, concretamente en Facebook, que este 2015 será su último año al frente de la formación musical, en la que cede el testigo a Víctor Roales. En una emotiva carta publicada en las redes sociales, Ricardo Díez se despide de la formación musical que forma parte de su propia vida y de la historia de Zamora y de su Semana Santa.

Miembro desde la niñez de la mítica Banda de la Cruz Roja, donde aprendió de la mano del inolvidable Francisco Carricajo, Ricardo Díez asume la dirección de la banda al fallecer el mítico "Carri". En este 2015 anuncia su despedida en una emotiva carta publicada en su perfil de Facebook que ha publicado centenares de comentarios entre zamoranos y semanasanteros que agradecen a Ricardo Díez su trabajo y desvelos por la Banda, de la que siempre será parte esencial.

Por el sentimiento que desprenden las líneas del jefe de la Banda Ciudad de Zamora en su despedida del colectivo Zamora News reproduce la carta dirigida a la formación, que durante tantos años era la que abría la práctica totalidad de las procesiones de Zamora.

En ella, Ricardo Díez Santana hace un repaso a la historia de la propia banda y un homenaje a quienes han formado parte de ella, antes y ahora, desde una entrañable vivencia personal. Una historia que va unida a su propia vida desde la infancia y que narra desde un profundo sentimiento que ha emocionado a muchos zamoranos en las redes sociales.

"Querida Banda, querida Semana Santa: Hoy quiero decir adiós.

Hoy hago un alto en mi camino; ésta será mi última Semana Santa como miembro de esta banda. No porque me considere mayor, ni porque piense que no tengo nada más que aportar. Simplemente creo que llegó el momento de decir adiós.

Todos en esta vida tenemos un principio y un final para aportar todo lo que tenemos dentro, y creo, que yo, a lo largo de tantísimos años, ya lo he aportado.

Siendo niño, mi padre, Jesús, me llevó a "La Cruz Roja". Allí descubrí, allí nació, allí explotó todo lo que empapó mi vida, lo que creó todo lo que llevo en el corazón. Allí comprendí que yo tenía que estar con ellos, con esa gente que tocaba una corneta o un tambor.

A partir de ese día yo sentí que me hice mayor. Era un niño, pero yo me sentía muy, muy grande.
Estar al lado de ellos, compartiendo esa banda con los compañeros de mi padre, me hacía sentir el protagonista.

Y pasaron los años. Y después de ver abandonar en esta banda a tantos y tantos genios que la formaron, me llegó el testigo. No a mí, exactamente, sino a mi mentor, el señor Francisco Carricajo, que al tiempo quiso hacerme partícipe de toda su sabiduría. Y al final, los dos llegamos a formar un tándem que hizo posible la nueva banda, creada en 1990, y que fue llamada "Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora".

Y es que esos años anteriores no fueron nada fáciles. Doña Aurora, presidenta de la Cruz Roja, y una mujer a la que adoro, nos comunicó que, contra su voluntad, la Banda debía desaparecer: "Órdenes de arriba".

El mazazo que esa noticia nos dio no nos hizo flaquear, todo lo contrario. En ese mismo momento empezamos a dar forma a una nueva banda, que tristemente tuvo unos principios demasiado difíciles, pero que, contra todo pronóstico ha llegado al año 2015; y no sólo eso, sino que además ha sido galardonada con el Barandales de Honor 2010. Algo tendrá esta banda que tanto admira y quiere la gente zamorana.

¡Zamora! Quiero hablar de ti. Quiero decirte que desde niño me he sentido zamorano y la banda, lo único que hizo, fue hacerme más zamorano si cabe.

Desde el primer toque de baqueta que di siendo niño, hasta el último redoble que daré, los he sentido siempre dentro de mi alma y con todo mi corazón. Las calles de Zamora son testigo de ello.
Pero no abandonaré a la Semana Santa, pues esas calles las seguiré recorriendo como cargador y como cofrade, y si no, estaré en la acera, junto a todos los zamoranos viendo pasar a MI BANDA.

Esta despedida no quiere decir que me desvincule ni de la banda, ni de la Semana Santa. Simplemente, cuando uno cumple años, siente que las generaciones nuevas empujan demasiado fuerte, y que uno debe apartarse lo suficiente para que emerja la nueva savia.

Pero... siempre estaré ahí. Siempre que me necesiten. Siempre que requieran de un consejo. Porque alejarse totalmente de la Banda es imposible, pues forma parte de mi vida y siempre será así hasta el final.

Mi testigo ya está cedido al señor Víctor Roales, a quien le deseo mucha suerte en su nuevo camino, que, aunque no será un camino de rosas, sí que estoy seguro le traerá muchos buenos momentos.

Y ahora planteo una pregunta: ¿Cómo enamorarse de esta banda? Muy sencillo.

Esta banda no está hecha de profesionales, ni mucho menos, si no de gente sencilla de la calle, que un día, después de ver a la banda decidió unirse a ella. Siempre hemos tenido de todo, como en botica. Pero a pesar de ello, siempre ha habido un denominador común: se han sentido parte de algo muy especial. Y ese es nuestro secreto, señores: gente sencilla de la calle, que se enamora a nuestro paso de esta banda.

Sólo me queda desear a ésta, MI BANDA, suerte para el futuro. Que todo lo que emprendáis os sea favorable. Que os quieran, que os admiren. Que lleguéis a ser un referente en Semana Santa como lo fue la Cruz Roja en su día. Y eso llegará con la humildad, con el saber hacer y con el no querer pedir nada a cambio, más que la satisfacción de haber hecho un gran desfile.

Y sólo me queda decir:
¡¡¡LARGA VIDA A LA BANDA, COMPAÑEROS!!!
Y nos veremos por las calles de Zamora".

OPINIÓN, por Ana Pedrero: "Nos vemos en la calle, Ricardo"