El recuerdo de Miguel del Numancia, más vivo que nunca

La pérdida de Miguel Fernández, el del Numancia, sigue pesando en el corazón de Cristo Rey, de Zamora y de muchos de sus amigos y entorno repartido por buena parte del mapa nacional. Así lo han demostrado hoy más de medio centenar de motoristas que han acudido fieles a la cita convocada por el club Sanglas de Madrid. 

Los primeros amantes de las dos ruedas se adelantaban una hora a la llamada y pasadas las nueve de la mañana el rugir de las motos ya comenzaba a anunciar una mañana emotiva en la rotonda que hace poco más de cinco meses se reunión para dar el último adiós al 'gran jefe', fallecido en un trágico accidente en el polígono de La Hiniesta. 

Con el paso de los minutos fueron congregándose las chopper, scrambler y cafe racer a las puertas del pub que permanece cerrado tras el triste adiós del que permanecía siempre al pie de la barra. Un homenaje que ha contado además con la presencia del antiguo camión de bomberos restaurado, un proyecto que contó con la implicación del propio Miguel "al que le hubiera gustado poder tenerlo". 

Los miembros del club han hecho entrega a la viuda, Isabel, de una placa y de un ramo, un gesto que ya tenían planeado antes del trágico accidente para agradecer la entrega desinteresada de este zamorano que supo congregar en su pequeño círculo, entre cañas, cacahuetes y rock. 

Su amistad y nombre trascendía fronteras y llegaba desde León y Salamanca hasta Madrid y Barcelona. Un acto más para recordar a una figura que se mantiene inmortalizadas en las puertas de un bar que continúa llevando su impronta personal y que aún nos hace soñar con volver a verle atravesándolas con su afable carácter. 

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