Los premios Mercurio más reivindicativos: "En Zamora hay futuro”
La gala celebrada en el teatro Ramos Carrión ha reconocido la dedicación de empresarios de cuna durante décadas y de empresas familiares que han logrado llevar el nombre de la ciudad al otro lado del mundo
Teodolindo Chillón Plaza, premio a la trayectoria vital, ha reivindicado la figura del empresario, mientras el presidente de la Cámara de Comercio ha pedido animar y apoyar a los emprendedores
Pocas veces se ha recordado una entrega de premios tan reivindicativa en y por la provincia de Zamora. La 34 edición de los Premios Mercurio y Vulcano concedidos por la Cámara de Comercio de Zamora ha celebrado una gala con el recuerdo aún muy presente del incendio en Sierra de la Culebra y entre las múltiples peticiones de ayuda a los damnificados de la zona, pero también al empresario y los emprendedores como los auténticos valedores de llevar el nombre de la ciudad hasta el más recóndito rincón del mundo.
"No estamos sobrados de emprendedores por lo que tenemos que animarlos y ayudarles". Ha sido uno de los muchos mensajes que ha lanzado el presidente de la Cámara de Comercio de Zamora, Enrique Oliveira, que ha reivindicado además la necesidad de poner en marcha un Plan Zamora "realista y coordinado" y que permita relanzar la industria de la provincia al lugar que se merece y con las ayudas pertinentes.
Esta 34 edición ha sido la gala de los titulares. Entre las peticiones de ayuda, las acusaciones a la falta de medios y de previsión para hacer frente al incendio en Sierra de la Culebra también se han colado las promeses de ayudas no sólo para recuperar la zona afectada por las llamas, sino a todos los autónomos y zamoranos que apuestan por el futuro en su tierra. Entre la realidad tangible de una sociedad azotada primero por la crisis de la Covid-19 y posteriormente con la inflación fruto de la guerra de Ucrania, se han colado los mensajes optimistas. Porque "en Zamora hay futuro".
Así lo puso de manifiesto María Martín, encargada de recoger el premio que reconoce a la empresa familiar que fundó su abuelo Manuel Martín Núñez a su vuelta de Alemania. Lo que empezó siendo un humilde taller de Mecanizados y Creaciones en el barrio del Espíritu Santo, ha sido capaz de expandirse con dos naves y que, tres generaciones después, hoy cuenta con creaciones presentes en Portugal, Reino Unido, Polonia, Lituania, Rusia Túnez o Sudáfrica. Y lo que es más importante: el ejemplo de que con tesón, empresas de estas características pueden mantenerse en Zamora, un lugar "donde es un lujo trabajar".
Talleres Núñez 95 SL ha sido por todo ello el merecedor del premio a la innovación empresarial de una empresa que nació como tal en el año 1995 pero que ya comenzó a dibujarse en la década de los 60. Un "ejemplo del ingenio y profesionalidad" de los empresarios con 10 patentes registradas, especializado en el sector agroalimentario y referente tanto a nivel nacional como internacional que ha sido valedor de este galardón.
Lácteas Cobreros SA ha sido la empresa reconocida con el premio Mercurio, una empresa familiar que ha logrado llegar “a lo impensable como era vender en China”. El jurado valoró la proyección internacional de la empresa, cuyas exportaciones suponen el 50% de su facturación de más de 48 millones de euros, llegando a 25 países de cuatro continentes, así como su capacidad de innovación en un sector puntero. Durante la recogida del premio, los hermanos Cobreros, visiblemente emocionados, han tenido un emotivo recuerdo a sus padres, “esa generación que innovó” y que ha llegado a ser una de las industrias más punteras en su sector.
Lácteas Cobreros desarrolla complementos nutricionales con base en la leche de cabra que ayudan a reducir los niveles de colesterol y fortalecer las defensas de los consumidores. Asimismo, se resalta la apuesta decidida de la empresa por desarrollar la cabaña ganadera de nuestro entorno que intentarán potenciar en los próximos años.
El premio a la lealtad empresarial ha recaído en Ismael Rodríguez García. En el vídeo de presentación, un Ismael ya jubilado, echa una vista atrás a lo que ha sido su vida tras 40 años trabajando en Cobdau -la cooperativa más importante de Castilla y León y una de las más importantes de España-. Ismael es uno de los seis primeros empleados que la misma tuvo cuando comenzó su andadura en el año 1982, es un bagaje que muy pocos pueden acreditar como testimonio de su lealtad a una empresa.
Tras recibir la medalla de manos del alcalde del Ayuntamiento de Zamora, Francisco Guarido, Ismael ha reconocido los grandes momentos, pero también a los más duros como el incendio de Cobadu como muestra que de la provincia es capaz de levantarse de sus cenizas. “Un ejemplo de lo que nuestra tierra es capaz de hacer”.
Una tierra de la que emergen empresarios vocacionales, como el caso de Tedolindo Chillón Plaza, premio a la trayectoria vital y empresario vinculado a Toro y su alfoz y al mundo del queso, donde es un referente a nivel nacional gracias a su constante y certero impulso de los modos tradicionales de producir queso.
Durante su discurso, Teodolindo ha elogiado la figura del empresario como una vocación, una “forma de vida” que necesita expandirse como el respirar. Una vocación que también ha exaltado el propio presidente de la Cámara de Comercio que reivindicaba la resiliencia de los galardonados y que ha sido tajante: "Zamora necesita a sus empresarios". Los mismos a los que la Cámara de Comercio de Zamora seguirá apoyando y "actuando con la misma independencia que ha hecho en sus 110 años de existencia".
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