La oruga procesionaria anticipa su presencia en Zamora: "Vamos a empezar a tratarla"
Las cálidas temperaturas y la escasa lluvia han creado las condiciones perfectas para que la procesionaria se reproduzca y prolifere durante más tiempo del habitual
La procesionaria puede causar desde dermatitis hasta lesiones oculares, urticarias, reacciones alérgicas e incluso la muerte en casos extremos, especialmente en niños y animales domésticos que puedan entrar en contacto con ellos
La llegada anticipada de la primavera, con temperaturas altas para la época del año en que nos encontramos, ha traído a Zamora un visitante no deseado: la oruga procesionaria. Este pequeño insecto, cubierto de pelos urticantes capaces de provocar irritación, representa un riesgo tanto para las personas como para los animales. Las cálidas temperaturas y la escasa lluvia han creado las condiciones perfectas para que la procesionaria se reproduzca y prolifere durante más tiempo del habitual, extendiendo su presencia más allá de su época usual.
Localizada principalmente en la zona de Valorio y en algunas áreas ajardinadas, como detrás de la Parada del Molino, la presencia de la oruga procesionaria en Zamora ha generado preocupación. Ante esta situación, el concejal de Infraestructuras Urbanas, Pablo Novo, ha anunciado medidas, "vamos a empezar a tratarla, a la vista de que el tiempo está últimamente demasiado primaveral".
El tratamiento contra la oruga procesionaria implica el uso de dos productos complementarios: un bactericida biológico y un insecticida específico. Estos productos se aplican mediante un atomizador de cañón acoplado a un pequeño tractor. Como medida de prevención, antes de iniciar los trabajos de fumigación, los operarios del servicio de jardines colocarán carteles y cintas de balizamiento en los paseos para informar a los transeúntes sobre la realización del tratamiento.
Aunque la oruga procesionaria apenas mide cuatro centímetros de longitud, su potencial dañino es significativo. Cada individuo está cubierto por alrededor de 500.000 pelos urticantes, listos para actuar como dardos envenenados en caso de sentirse amenazados. Estos tricomas urticantes pueden causar desde dermatitis hasta lesiones oculares, urticarias, reacciones alérgicas e incluso la muerte en casos extremos, especialmente en niños y animales domésticos que puedan entrar en contacto con ellos.