El médico maxilofacial que cambió el cúter de La Morana por el bisturí: el zamorano Raúl Antúnez abre el telón de la Navidad
De los talleres infantiles en los colegios Sancho IX y en la iglesia de San Antolín a representar a La Morana en calidad de pregonero de la Navidad 2023. La infancia de Raúl Antúnez Conde fue una infancia marcada por el encanto de unos belenes y villancicos que le embelesaron hasta tal punto que con tan sólo 11 años le llevo a pasar a formar parte de la Agrupación Belenista que celebra su 25 aniversario.
Desde su actual puesto en calidad de médico maxilofacial en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, Raúl Antúnez recuerda su infancia y adolescencia en forma de horas y horas de preparativos y amenas reuniones, siempre rodeado de as tradicionales figuras que representan el nacimiento del Niño Jesús en cualquier estilo (Barroco, haciendo referencia al patrimonio de Vigo o con las figuras modeladas por el popular escultor José Luis Mayo Lebrija.
Recuerda Raúl que entonces "se abrió una puerta para la imaginación de un niño: empecé a familiarizarme con el poliespan y sus diferentes densidades, las pinturas acrílicas, el óleo, las técnicas del rodamiento de superficies, las sierras, el serrín a toneladas cómo no, la recogida de musgo a deshoras y probablemente a menos de 0 grados".
Unos momentos en los que bajo la atenta mirada de su padre, siempre precavido para que el cúter y las lijas no le impidieran proseguir con sus prácticas al piano, Raúl proseguía en una afición nacida en el seno familiar y que La Morana no hizo sino reforzar. Más tarde, cambiaría estas herramientas por el bisturí, "que corta más".
Los viernes por la tarde se fueron asentando en su memoria como un momento de obligada reunión en un angosto local cercano a la iglesia de San Antolín para ir avanzando en las escenografías del próximo año: "Tenía la magia de ser un punto de encuentro entre los aficionados que ya eran amigos y donde no faltaba una buena merienda, chistes, bromas, cánticos y a donde yo acudía tremendamente ilusionado cada semana".
Antúnez recordó el cambio de local en la ronda de La Feria, un espacio "con poco encanto", pero que "se llenaba de vida con cada actividad" como la organización del XLIII Congreso Nacional Belenista, los talleres de belenismo para niños, el montaje de los belenes de la Diputación y el Ayuntamiento o la cabalgata de Reyes. También el aula de folklore humano que "complementó a la perfección todo lo que el frío zamorano no pudo hacer" y que permitió a la agrupación salir de esta tradicional época.
"Muchas horas de creación de ilusiones, transporte de material, reuniones" que no hicieron sino cobrar más peso con el traslado a la actual sede que hoy recibe a sus socios y a todos los zamoranos con el mural realizado por el artista toresano Carlos Adeva.
Una estampa que a día de hoy compensa con su "particular belén" en referencia al equipo humano con el que trabaja codo con codo pero que nunca será capaz de borrar los recuerdos de sus primeras visitas a La Morana, siempre en compañía de su abuela.