Luis Piedrahita arrastra a la gente al teatro, el cómico llena de risas el Teatro Ramos Carrión de Zamora
El humorista Luis Piedrahita conquistó la noche del viernes el Teatro Ramos Carrión de Zamora con su nuevo espectáculo, una mezcla ingeniosa de humor, reflexión y participación del público que convirtió el recinto en un mar de carcajadas.
El show, cercano, interactivo y sorprendente desde el primer minuto, dio comienzo con un recurso visual hilarante, las imágenes de los propios asistentes proyectadas en pantalla mientras Piedrahita narraba con su inconfundible ingenio una serie de comentarios agudos y cómicos. Las risas estallaron incluso antes de que comenzara oficialmente el monólogo.
Bajo la premisa de una pregunta clave que todos nos hacemos –¿por qué no hacemos lo que nos da la gana?– el cómico tejió una auténtica oda a la libertad personal, atravesando temas tan cotidianos como absurdamente divertidos, la evolución humana, las vacaciones, la fiebre por las furgonetas camper o incluso el vello corporal.
Pero el eje central de la noche giró en torno a dos emociones universales, el miedo y la esperanza. Con su habitual mezcla de humor fino e inteligencia escénica, Piedrahita logró que el público pasara del desconcierto a la risa en cuestión de segundos, haciéndoles creer que serían protagonistas de una sorpresa emocionante… o incluso vergonzosa. El juego, claro, formaba parte de una experiencia teatral que ilustraba precisamente el tema del espectáculo, cómo el miedo y la esperanza nos mueven, nos limitan y, a veces, nos impulsan, como diría el horóscopo.
Una sesión de noche que también dejó espacio a la "telequinesis" o la magia del espectáculo al adivinar el showman las palabras que tres personas del público habían elegido al azar.
Un espectáculo que hizo levantar de las butacas a todos los asistentes del Teatro que ovacionaron al cómico en su paso por Zamora.