La hoguera purificadora de San Juan

Foto: Rafa Lorenzo.

El solsticio de verano trae consigo la magia del fuego en Zamora. Los barrios, desde tiempo inmemoriales celebran la llegada del verano quemando todos los malos recuerdos. La ciudad, uniendo esa tradición, quema sus malos presagios en el parking de la Ciudad Deportiva y no duerme porque este 23 de junio el día le gana la batalla a la noche, la luz del fuego vence a la oscuridad.

Todavía se pueden disfrutar de algunas hogueras de San Juan en los barrios zamoranos aunque cada vez son menos importantes. Vestigios de lo que en su día fueron grandes obras de arte quemadas bajo las llamas, las mismas que durante los días anteriores se encargaban de construir los jóvenes del barrio buscando, en comercios y casas, todo lo que pudiera servir para el fuego.

Sin embargo, pese a esos pequeños vestigios de las hogueras que se mantienen en el tiempo y que los lugareños no quieren perder, Zamora quema todos los malos recuerdos en un gran fuego en la Ciudad Deportiva, junto al Duero; el fuego y el agua. Miles de zamoranos se acercaron a esta gran hoguera a disfrutar desde muy cerca algunos, tirando los apuntes de bachillerato que ya no necesitarán, o desde lejos, en la ontananza de la via del tren, admirando el purificador fuego.
Y mientras el 23 de junio va dejando paso al 24, mientras la noche se cierne sobre Zamora, mientras suena la música, la hoguera se iba apagando y San Juan marcó otra vez el inicio del verano.

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