La ciudad entre tinieblas

Zamora se despertó entre la niebla y, mientras el día pasaba fuera de las murallas, el ciudada vivía y se echaba a dormir con el manto blanco siempre encima. Por primera vez en todo el periodo invernal, la niebla no quiso separarse de una ciudad que se encuentra en alerta amarilla por esta niebla meona que recude la visibilidad en las carreteras y que se mete dentro de los huesos de los zamoranos.

Siempre la claridad viene del cielo, decía Claudio Rodríguez, posiblemente observando el lento transitar de su río Duero, ese mismo río que durante la jornada del lunes no pudo ver el cilo que tenía sobre él y sólo una densa capa de niebla. Igual que el río Duero, el resto de zamoranos se levantaron con una niebla que en ningún momento amenazó con levantar y volvieron a dormir, ya en diciembre, bajo la misma niebla.

La provincia se encuentra, hasta las 14:00 horas, en alerta amarilla por la niebla que reduce la visibilidad en las carreteras por lo que se pide que se extremen las medidas de seguridad.