En la nublada mañana de este 3 de noviembre, se ha celebrado el tradicional homenaje a los militares fallecidos en el cementerio de San Atilano de Zamora, un homenaje que este año tiene especial sentido ya que han sido también numerosos los efectivos del ejército y de los cuerpos de seguridad del estado que han fallecido en la labor de ayuda durante la pandemia que aún se mantiene.
El subdelegado del Gobierno en Zamora y el Comandante Militar de Salamanca y Zamora del mando de Ingenieros de Salamanca, han presidido el acto en homenaje a los militares fallecidos y enterrados en el Cementerio de San Atilano.
Como todos los años en el día de los Fieles Difuntos la familia militar junto con un número reducido de zamoranos han acudido al camposanto para mostrar su respeto a los militares fallecidos. Miembros y mandos del ejército, junto con la máxima autoridad Civil de la Provincia Francisco José Requejo y otras autoridades civiles y militares junto con los cuerpos de seguridad del estado han acompañado en este día a los militares que han rendido honores a sus compañeros fallecidos en este austero, sencillo y emotivo acto que este año además ha tenido una reducción tanto de fuerzas como de público.
El homenaje, organizado por el Mando de Ingenieros de Salamanca ha tenido lugar puntualmente en el cementerio de San Atilano de Zamora (zona de tumbas militares). La formación militar que ha rendido honores al igual que en años anteriores pero con una menor representación ha sido tanto la Guardia Civil, como los militares del Mando de Ingenieros que con una escuadra y los abanderados han suplido la nutrida representación de años anteriores. No se ha perdido la novedad aportada el pasado año de que en el momento de la ofrenda hayan sido dos soldados mujeres quienes hayan situado la corona en el lugar elegido.

Un responso ofrecido por parte del capellán castrense del Mando de Ingenieros, ha emocionado a los asistentes, y como de costumbre, tras el responso, la ofrenda floral a los fallecidos y el toque de oración a cargo de la también reducida Banda de Música Militar desplazada desde Salamanca ha dado fin a este sencillo y emotivo acto que no ha durado más de diez minutos.
Un emotivo acto militar que como de costumbre reconoce la labor de todos los militares caídos por la patria y que este año tiene especial sentido debido también a las labores de ayuda que prestan ante una pandemia que sigue cobrándose vidas también de militares y Guardias Civiles así como de Policías nacionales y locales que han tenido también su representación con los mandos asistentes.