Cuatro escenas de Belén y más de un ‘guiño’ a Zamora, así es la representación instalada en San Cipriano
Una tradición navideña para compartir con otros; junto con los árboles de Navidad, los bastones de caramelos, las tarjetas y los villancicos, toman protagonismo en Zamora, los belenes
El de Tábara resalta por su imponente tamaño; de casi cinco metros y con unas figuras cuidadas "al detalle". Mientras, el Napolitano se ha convertido en "híbrido" ya que sus piezas visten con prendas típicas de la provincia de Zamora
Belenes grandes y pequeños. Modernos y antiguos. Todos con el mismo objetivo: representar la Navidad. Así son las escenas del Nacimiento que se han instalado en la Iglesia de San Cipriano; cuatro en total, tres de la provincia y uno de origen napolitano. Un número menor que el año pasado, pero que gana "en calidad".
Llegados desde Toro, Coreses, Tábara y uno de origen Napolitano, llegan hasta Zamora para que, tanto vecinos y turistas, puedan disfrutar del 'belenismo'. Los belenes son una tradición centenaria. De hecho, la primera celebración navideña en la que se montó un belén para la conmemoración del nacimiento de Jesucristo fue en la Nochebuena de 1223, realizado por san Francisco de Asís, en una cueva próxima a la ermita de Greccio. Con el tiempo, ha ido evolucionando y transformándose hasta nuestros tiempos.
El de Tábara resalta por su imponente tamaño; de casi cinco metros y con unas figuras cuidadas "al detalle". Mientras, el Napolitano se ha convertido en "híbrido" ya que sus piezas visten con prendas típicas de la provincia de Zamora. Numeroso público ha podido disfrutar esta jornada de la inauguración que arrancaba a las 17:30 horas de este sábado. Todos ellos con un objetivo marcado: disfrutar de la Navidad que tanto gusta a los zamoranos con más de medio centenar de figuras.
Una tradición navideña para compartir con otros; junto con los árboles de Navidad, los bastones de caramelos, las tarjetas y los villancicos, toman protagonismo en Zamora, los belenes. La pieza central de todo belén es, lógicamente, el pesebre con el nacimiento pero ya no es la única. Con el tiempo, la variedad de figuras ha ido creciendo y se pueden crear pueblos enteros con labradores, artesanos, familias y soldados romanos. Una muestra de lo que somos y un elemento característico en los hogares de Zamora, también en sus calles. Un imprescindible.
Además, los visitantes, no solamente han podido disfrutar de este Belén, sino de todos los que hay instalados en la capital. Así como de las luces navideñas que adornan Zamora y arrancan la cuenta atrás para la llegada de la Navidad.