Las conexiones comerciales que unen a Zamora e Israel
Las exportaciones zamoranas al Estado israelí superaron los 12,2 millones de euros en 2024, con una caída del 10,65% respecto al año anterior, en medio el creciente debate sobre las relaciones comerciales con el país hebreo por el conflicto en Gaza
El sector agroalimentario, especialmente lechazos y corderos, sigue siendo el principal motor de estos intercambios
Mientras las imágenes de la destrucción en Gaza recorren el mundo y el clamor por un alto el fuego se multiplica en las calles y las redes, el mapa de las relaciones económicas entre España e Israel permanece en gran medida fuera del foco público. Y, sin embargo, incluso una provincia como Zamora —aparentemente alejada de los grandes flujos internacionales— mantiene con el Estado judío conexiones comerciales que no son menores.
Según los datos elaborados por la Cámara de Comercio, las exportaciones de Zamora a Israel superaron los 12 millones de euros en 2024, y entre enero y julio de este año, la cifra se acerca a los 3 millones. Estos datos evidencian las caída de las ventas zamoranas al país desde 2022, año en el que las cifras superaron los 14 millones de euros. En porcentajes, las ventas a Israel se ha desplomado un 10,65%, un descenso que también afecta a las importaciones.
Las empresas zamoranas se resienten sobre todo en la exportación de carne de cordero y la más dañada ha sido Moralejo Selección puesto que es también la que más exporta y la que más tráfico con Israel tiene de toda la provincia y de CyL. El miedo al bloqueo o el boicot a los productos israelíes, es fehaciente y las reacciones anti Netanyahu están mermando también las ventas en un país que lo que también crece es la ayuda humanitaria que sigue parada a la entrada de Israel por la injerencia de un gobierno que parece que se salta a la ONU a los Estados Unidos y a Europa.
Pese a esta corrección, la balanza comercial zamorana sigue siendo positiva. De hecho, la provincia continúa exportando al Estado israelí más de 12.900 veces lo que importa, con una tasa de cobertura superior al 12.000%. Pero todo podría cambiar con un parón de exportaciones e importaciones ante el genocidio.
El ciclo expansivo arrancó en 2016, cuando las exportaciones se multiplicaron por más de 30 en un solo año. A partir de entonces, las cifras crecieron sin pausa hasta alcanzar su máximo histórico en 2021 (16,6 millones de euros). Desde entonces, el comercio exterior ha entrado en una fase de ajuste: –15,6% en 2022, –1,5% en 2023 y –10,6% en 2024, hasta llegar al acusado retroceso actual.
El sector agroalimentario, especialmente el comercio de lechazos y corderos, sigue siendo el principal motor de estos intercambios entre Zamora e Israel. El motor exportador de Zamora sigue siendo, con diferencia, el sector agroalimentario, que concentra el 97,4% de todas las ventas internacionales de la provincia en lo que va de 2025.
Los productos agroalimentarios —principalmente cárnicos, lácteos, legumbres y derivados— mantienen su hegemonía. En 2024 representaron el 99,1% del total exportado, con un valor de 12,1millones de euros, a pesar de una caída del 10,5% respecto a 2023.
Los bienes de consumo y las bebidas tienen un peso testimonial en las cifras totales. En el primer semestre de 2025, los bienes de consumo apenas suponen el 0,04% del total, tras un desplome del 93,2%, mientras que las bebidas representan el 0,1%, con una reducción similar del 71%.
Los 10 productos más exportados a Israel
El principal producto de exportación continúa siendo la carne y los despojos comestibles, que representaron el 83,3% del total exportado entre enero y julio de este año.
En segundo lugar se sitúan los productos lácteos, huevos y derivados, que representan el 14,1% del total exportado a Israel, con 323,8 millones de euros en 2025. Este grupo experimenta también una reducción del 80,6%, después de haber duplicado su volumen el año anterior (+101,4% en 2024).
El resto de productos tiene una incidencia mínima en el comercio bilateral. Las manufacturas de madera mantienen una pequeña cuota del 2,5% del total, mientras que las bebidas apenas alcanzan el 0,1%, tras un nuevo descenso del 71%. Otros artículos, como instrumentos musicales u otros productos de origen animal, apenas suponen fracciones del total exportado.
Esa conexión económica, que para la mayoría de los consumidores pasa inadvertida, se ha convertido en objeto de boicot y activismo por parte de colectivos que denuncian la política del gobierno israelí y el genocidio en Gaza. Desde plataformas de derechos humanos hasta organizaciones pro palestinas, las campañas piden revisar la procedencia de los productos y presionar a las empresas que mantienen lazos comerciales con Israel.
Su objetivo es boicotear los productos alimenticios que procedan de Israel o las empresas internacionales que tengan alguna relación con el Ejército israelí en las operaciones sobre Gaza o con la colonización del territorio. Sin embargo, España no es una gran consumidora de productos israelíes, a excepción de dátiles, mangos, melones, cacahuetes y algunas marcas de pipas.
La cuestión abre un debate de fondo: ¿debe primar el mercado o la ética?. Mantener abiertos los canales comerciales es vital para sostener la viabilidad del campo, pero los movimientos sociales reclaman coherencia con los valores humanitarios y el respeto a los derechos humanos.
Más allá de los millones en cifras y las estadísticas de comercio exterior, lo que ocurre en Gaza está dejando también un eco incómodo en los estantes de los supermercados. Un recordatorio de que, en la economía global, incluso las decisiones que parecen locales están inevitablemente conectadas con los conflictos del mundo.