Los aseos del José Galera: una espera infinita tras 30 años sin reformas
El centro lleva años solicitando una remodelación completa de los baños que salve las barreras arquitectónicas y actuales deficiencias que complican su uso para los menores de 12 años
Esta es quizá la obra más urgente, pero no la única ni mucho menos en un colegio que poco antes de las Navidades ha sufrido un episodio de goteras que ha obligado a precintar el gimnasio ante el peligro de que cediera parte de la cubierta superior transitable
Muchas veces una imagen vale más que mil palabras. Pero en pocas ocasiones queda tan clara la urgente necesidad de reforma de unas instalaciones públicas de las que cada día hacen uso más de un centenar de menores inscritos en el CEIP José Galera Moreno. El colegio hace cada año la lista de infraestructuras necesitadas de una mejoría o de obras que dirige a la Delegación Territorial que, a su vez, redirige a la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León.
Sin embargo, los aseos se mantienen sin ninguna modificación desde hace más de 30 años. Retretes sin tapa, peligrosos escalones, baldosas rotas y desgastadas por el uso y rollos de papel colgando de una cuerda atada a la cisterna. Una serie de deficiencias y barreras arquitectónicas que se mantienen a la espera y sin visos de reforma a corto plazo.
Es el panorama que dibujan y reclaman un grupo de padres enfrascados en un lucha continua y pese a que reconocen que el Consejo Escolar lo considera continuamente en su listado de reformas pendientes, una reclamación que por el momento no ha obtenido una respuesta favorable. "Pero nuestros hijos pasan muchas horas al día. Entendemos que lo mínimo es que haya unas condiciones de seguridad aceptables, por lo que las obras de renovación deberías ser prioritarias".
Si bien dan por hecho "la buena voluntad de los organismos implicados -según el volumen de obra estas atañen al Ayuntamiento o a la Junta- comenzando por la dirección del centro, remarcan que "hay cosas que sólo con la buena voluntad por las partes no es suficiente".
Esta es quizá la obra más urgente, pero no la única ni mucho menos en un colegio que poco antes de las Navidades ha sufrido un episodio de goteras que ha obligado a precintar el gimnasio ante el peligro de que cediera parte de la cubierta superior. Las lluvias caídas durante el mes de diciembre provocaron que se tuviera que precintar el pabellón por la existencia de goteras y daños de cierta consideración que imposibilitaba su uso: "La cubierta superior es transitable por lo que se apreciaban las balsas de agua y el peso ha terminado por hacer que ésta cediera".
Un gimnasio que también genera polémica a raíz de su uso durante las actividades extraescolares. "Se pidió poder hacer uso del mismo para entrenar y no se nos ha comunicado nada". Las actividades, organizadas mediante un acuerdo con el Ayuntamiento de Zamora, permiten el uso de las instalaciones exteriores del colegio, si bien en días de lluvia y frío los menores deben resguardarse bajo unos soportales.
Una situación que consideran no apta teniendo en cuenta las condiciones a las que deben enfrentarse durante esa hora de entrenamiento los niños inscritos, que presentan entre 6 y 12 años, especialmente en días adversos. Si bien se ha realizado un escrito instando al Consejo Escolar a poder autorizar el uso del gimnasio, la única propuesta de reunión se suspendió y a día de hoy no ha vuelto a retomarse.
"El espacio no es adecuado para llevar a cabo la actividad deportiva de manera óptima". Incluso el entrenador encargado de las actividades extraescolares ha solicitado al centro la llave de acceso al gimnasio, pero que le ha sido denegada pese a su compromiso para hacer un buen uso de las instalaciones.
Y la lista continúa. Una rampa de acceso a personas con algún tipo problemas de movilidad intransitable en los días de lluvia, charcos gigantes prácticamente insalvables a la hora de acceder al recinto e interminables escaleras por las que los niños deben subir y bajar cargados con sus mochilas y esquivando posibles caídas y resbalones por la presencia constante de hojas son otros de los ejemplos descritos por estos padres.
Aseguran que los padres que su fin es alcanzar un "fin armónico educativo así como el bienestar de los niños".