El arte de Estrella Morente inunda la plaza de la Catedral del mejor flamenco en un cartel de excepción
La plaza de la Catedral de Zamora se contagió un año más del sentir flamenco entre palmas, jaleos y picados de guitarra. Un año más, el Festival regresaba a un escenario emblemático con la Catedral de fondo y con la seguridad de contar con un cartel "excepcional" tanto en el plano estético como artístico encabezado por la gran Estrella Morente.
La artista granaína hizo las delicias de un público respetuoso a la par que entregado, siguiendo el espíritu de este arte considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Las sillas y gradas se esparcían por el amplio espacio de la plaza para dar cabida a los cientos de zamoranos llamados a disfrutar de la 51 edición de un festival que arrancaba elogiando su continuidad en la ciudad al tiempo que rindiendo un sincero agradecimiento a toda una vida de trabajo del recién jubilado Feliciano Ferrero al frente de la Fundación Caja Rural de Zamora, ahora con el relevo de la mano de Laura Huertos.
El cantaor Antonio "el Turry" es hijo del guitarrista Ricardo de la Juana y de la bailaora Rosa la Canastera, fue el encargado de abrir la noche y de abonar un terreno más que preparado para recibir a una esperada Estrella Morente que conquistó al público desde el mismo momento en el que pisó las tablas del escenario.
imponente y rodeada de su grupo de "tocaores", "cantaores" y "palmeros", el escenario se convirtió en un auténtico tablao flamenco en el que los quejíos y toques de palmas se mezclaban ya con la luz de una noche calurosa pre alerta de calor.
Artistas de altura como el cordobés Julián Estrada o la bailaora María Canea pusieron el broche de oro a una edición de altura en el que los abanicos, el agua y la presencia de una barra anexa a la entrada a los jardines del Castillo se erigieron como elementos indispensables para sobrellevar las altas temperaturas imperantes incluso pasada ya la primera hora de la noche.
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