Cinco años de trabajo y doce fotografías que inmortalizan ‘el paisaje del cristal’ del Duero

Presentación exposición Eduardo Almeida

A través de imágenes que parecen minimalistas, el autor busca una mirada apacible de un paisaje dormido, helado y silencioso 

La muestra podrá visitarse en el Claustro Principal del Seminario San Atilano

Sus imágenes fueron reconocidas a nivel mundial en los Premios Internacionales de Fotografía 20th IPA Awards 2023. Doce instantáneas en blanco y negro, tomadas a orillas del río Duero a su paso por la ciudad de Zamora, y realizadas en gelatina de plata. Así es la muestra del del zamorano, Eduardo Almeida, y que también se ha convertido en libro.

‘Cencellada: El Paisaje de Cristal’ recoge las doce fotografías que comprende la serie impresas en alta calidad, así como textos de Ángel Carretero Martín, director de La Casa de la Iglesia, Juan José Pascual Lobo, fotógrafo, y del autor de las imágenes. 

Trasmite el silencio. El hielo. El frío. La niebla. El sonido del agua. Paz y reflexión. Desarrollada a lo largo de cinco años (2016-2021) a orillas del río Duero a su paso por Zamora, ‘Cencellada’ es una serie intimista y enfocada a la introspección. Una exposición que muestra los elementos clave y comunes a todas las fotografías de esta serie... todas reconocibles, creando una sintonía muda de niebla, escarcha y serenidad.

A través de imágenes que parecen minimalistas, el autor busca una mirada apacible de un paisaje dormido, helado y silencioso; un auténtico paisaje de cristal. Doce obras realizadas en gelatina de plata, es decir, por medio de una emulsión de gelatina y sales de plata se desarrolla la imagen fotográfica sobre un papel de composición definida que permite ver la imagen a través de una sustancia reveladora.

El frío, representado por la escarcha, uno de los principales protagonistas de la serie, congela el momento en el tiempo. Cada elemento de la escena está cubierto por esa escarcha blanca. Los árboles, ya desprovistos de sus hojas, aparecen desnudos, dormidos y congelados en el momento. Esto representa una sensación de frío que invita a recogernos, a resguardarnos, a ralentizar nuestra mirada.

También encontramos la niebla, la cual oculta el paisaje, lo enmascara. Es como un velo que viste de misterio lo que hay más allá del camino inmediato. La niebla convierte un paisaje frío y desolado en un mundo lleno de secretos, ocultos a simple vista. El agua, presente en toda la serie, representa el fondo oscuro que en ocasiones se oculta de forma apacible, y que no vemos. Es como un espejo que refleja la luz del mundo, impidiendo ver su profundidad bajo sus aguas tranquilas.

Por último, un innegable elemento clave, no visible, pero sí representado, es el silencio. Cada fotografía representa un paisaje dormido y silencioso. No hay un solo elemento en escena que suscite una idea del más mínimo sonido. Esto, junto con todos los elementos anteriores, convierte cada una de las imágenes de esta serie en un auténtico paisaje de cristal.