Cuatro años del estado de alarma: un recuerdo doloroso y emotivo

muertos covid

Han pasado cuatro años desde que el Gobierno declaró el estado de alarma en España, un periodo que quedará marcado en la memoria colectiva por la tragedia y la pérdida que trajo consigo la pandemia de COVID-19. En Zamora, como en tantas otras partes del país y del mundo, las cifras frías de contagios y fallecimientos no logran reflejar la profundidad del sufrimiento experimentado por tantas familias.

Durante este tiempo, numerosos hogares en Zamora se vieron sacudidos por la tragedia. Familias enteras se rompieron, y muchos perdieron a seres queridos, a menudo sin poder despedirse de ellos adecuadamente debido a las restricciones impuestas para frenar la propagación del virus.

En la provincia de Zamora, como en el resto del país, las residencias de ancianos se convirtieron en focos de contagio y dolor. Es en estos lugares donde la pandemia golpeó con mayor dureza, llevándose consigo a muchas personas mayores que merecían un final más digno.

Personalmente, esta tragedia golpeó con fuerza a mi familia. Perdimos a mis abuelos paternos en circunstancias desgarradoras. Mi abuela, en una residencia, se contagió de COVID-19 y, en solo cinco días, nos dejó sin poder darle un último adiós en persona, solo nos quedaba la fría pantalla de una videollamada como último consuelo.

Pero la tragedia no terminó ahí. Mi abuelo, luchador incansable, logró superar la enfermedad tras un duro combate en el hospital. Sin embargo, al regresar a casa, su salud mental se vio gravemente afectada. Desorientado y vulnerable, necesitaba cuidados constantes. Sin embargo, en esos meses difíciles, nos regaló momentos de amor y complicidad que atesoraremos para siempre.

Hoy, al recordar estos cuatro años desde que comenzó el estado de alarma, no solo evocamos el dolor y la pérdida, sino también la resiliencia y el amor que demostramos como sociedad. En medio de la oscuridad, encontramos la luz en el apoyo mutuo, en el valor de cuidarnos unos a otros y en la esperanza de un futuro más brillante.

Que la memoria de los que se fueron nos impulse a seguir adelante, más unidos y solidarios que nunca.