Toro infinito se vuelve a llenar hasta la bandera de carros y tradiciones, ayer no cabía un alma más
Una tarde noche de vinos de tapas de mercado medieval de concurso de pintura y como no de folclores y festejos varios. El sábado es siempre día de reunirse de reencontrarse con amigos y familiares como se sabe hacer en la capital cermeña.
Toro se llenaba en la tarde noche del 8 de octubre en esta fiesta de la vendimia que a parte de tradicional es ya un hito en la historia de las vidas de los toresanos aunque estos años atrás a cuenta de la pandemia las restricciones hicieran que todo fuera diferente.
Este año ya sin restricciones aunque con alguna que otra mascarilla puesta en sobre todo personas mayores, el Toro infinito ha dado buena cuenta de ello. Bares a rebosar terrazas sin apenas posibilidad de encontrar una silla libre y un centro y aledaños de la ciudad cargados de público con ganas de o bien en la Plaza de San Francisco o bien en los bares de la plaza tomar ese vino y esas calandracas típicas de la zona y que tanto sorprenden a los visitantes.
GALERÍA DE IMÁGENES DE LA CATA Y EL MERCADO MEDIEVAL
El Toro de siempre ha vuelto aunque no se fuera nunca, quizá con más fuerza y con más ímpetu tras dos años de restricciones que sumieron a la comarca en un complicado momento que visto el día de ayer han quedado en el olvido.
El hermanamiento con Condom, también tuvo lugar y decenas de actividades en una ciudad que volvió a ser epicentro de una fiesta clave y que ayudada también por la Iberoamericana en su segunda edición llevó a Toro a ser de nuevo infinito si es que lo dejó de ser en algún momento.