Los toresanos desafían al mal tiempo derrochando alegría en su desfile de Martes de Carnaval
Con alegría, buen humor e ingenio los toresanos han desafiado hoy, Martes de Carnaval, el frío reinante y han tomado las calles con sus disfraces, cumpliendo una tradición que el pueblo toresano ha sabido mantener, haciendo de la Ciudad de Doña Elvira el epicentro de los antruejos de la provincia.
Superhéroes, majorettes, presos, guardias civiles, monjas, esquimales, Alaska y Mario Vaquerizo, dragones orientales, pequeños músicos, piratas, payasos, danzantes bajo la lluvia y mil y un personajes salidos de la imaginación de los toresanos han tomado las calles, repletas de público en las aceras para presenciar la comitiva, que partía de la Plaza de San Francisco, convertida en un hervidero de gentes.
Niños y mayores han tomado parte en el desfile haciendo gala de su humor y de su ingenio; parodias de una televidente con un echador de cartas; retretes de hombres y mujeres con sus respectivos ocupantes leyendo la prensa; murgas al estilo de Copacabana; una cigüeña cuidando el nido donde probablemente dormía el bebé más pequeño de todos los que hoy han desfilado por las calles de Toro. Diosas indias, una reina de la belleza, o la bella Escarlet y su Mammi, de "Lo que el Viento se Llevó", han recordado a los toresanos la alegría de los días de Carnaval, que tocan a su fin mañana con el tradicional Entierro de la Sardina.
Hacía frío, pero los toresanos cumplieron la tradición y pusieron su mejor cara al mal tiempo: la de una ciudad que vive con pasión sus carnavales, recibe con los brazos abiertos al visitante y contagia de su alegría a quien la visita. Mañana será otro día y los rigores de la Cuaresma pondrán punto final a la tradición más querida de los toresanos, que cada año despierta su ingenio y les invita a desbordar las calles de diversión y buen humor.
