El temporal causa estragos en el cementerio San Atilano: lápidas partidas y árboles caídos por el fuerte viento

El viento aúlla, las lápidas tiemblan y los árboles se doblan ante el embate del temporal en el cementerio San Atilano de Zamora. La ciudad se estremece ante la furia de la naturaleza, dejando a su paso un rastro de destrucción y desolación en el camposanto, donde la tranquilidad y el reposo eterno se ven sacudidos por la violencia de los elementos.

Las lápidas, testigos silenciosos de la memoria de aquellos que yacen bajo tierra, han sido partidas como si fueran frágiles juguetes en manos de un gigante enfurecido. Las familias, que acuden en busca de consuelo y recogimiento, se enfrentan ahora a un paisaje desolador, donde las tumbas yacen expuestas al cruel embate del clima despiadado.

Árboles centenarios, guardianes silenciosos del descanso eterno, han cedido ante la fuerza del viento, cayendo sobre las tumbas con un estruendo siniestro. Sus raíces, arrancadas de la tierra que las alimentó durante generaciones, yacen ahora inertes, como lágrimas derramadas sobre la tragedia que se ha desencadenado en el camposanto.

Incluso las tejas han sido arrancadas de sus moradas por la violencia del temporal, dejando al descubierto las vulnerables estructuras que protegen a los difuntos de los elementos. Ante esta devastación, el Ayuntamiento de Zamora ha anunciado medidas urgentes ya que el viento "ha destrozado propiedades privadas que tendrán que ser reparadas", de hecho, será este lunes cuando se trate el tema en el consistorio y se tomen acciones para remediar los daños causados por el vendaval.