Para contener su avance, se ha desplegado un dispositivo excepcional en el que participan la Unidad Militar de Emergencias (UME), las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) de la Junta de Castilla y León, los bomberos de la Diputación y, de forma destacada, las brigadas internacionales llegadas desde Alemania, que colaboran sobre el terreno en tareas de defensa y apoyo logístico.

Maquinaria pesada y maniobras de defensa

En las eras cercanas al pueblo ya trabajan bulldozers abriendo trochas para generar cortafuegos que frenen el avance de las llamas. Se trata de labores preventivas que buscan ganar tiempo y proteger el núcleo de población en caso de que el fuego avance ladera abajo.

Desde primera hora de la mañana, helicópteros y aeronaves realizan continuas descargas de agua sobre los alrededores de San Ciprián, refrescando el terreno y creando un colchón de humedad para evitar que las llamas alcancen el perímetro urbano.

Un operativo coordinado

El despliegue en San Ciprián reúne a decenas de efectivos, que trabajan bajo la coordinación del Puesto de Mando Avanzado. La suma de medios nacionales, autonómicos, provinciales e internacionales pone de relieve la gravedad de la situación y la necesidad de proteger a toda costa este enclave sanabrés.

Los vecinos, muchos de ellos pendientes del humo visible desde sus casas, observan con preocupación los trabajos, conscientes de que su seguridad depende del éxito de estas maniobras.

La amenaza de Porto

El incendio de Porto, activo desde hace ya dos semanas, mantiene aún varios frentes complicados. La presión se ha trasladado en las últimas horas a La Baña (León) y al entorno de San Ciprián, lo que ha obligado a reforzar de manera notable los medios de extinción en esta zona de Sanabria.

La evolución del incendio sigue dependiendo en gran medida de las condiciones meteorológicas, con especial atención al viento, que en jornadas anteriores ha complicado las labores de extinción.

San Ciprián resiste ahora bajo la vigilancia de un despliegue sin precedentes, mientras brigadistas, militares y bomberos libran una batalla decisiva para que las llamas no alcancen el corazón del pueblo.