Un exconcejal de Ponferrada condenado a casi 17 años de cárcel por maltratar y arrojar por la ventana a su pareja

Audiencia Provincial de León

La sentencia fija una indemnización a favor de la víctima de 1,5 millones de euros por un delito de lesiones agravadas

La víctima presenta graves lesiones neurológicas que la hacen dependiente para las actividades básicas de la vida

La Audiencia Provincial de León ha condenado a 16 años y once meses de prisión al exconcejal de Ponferrada que golpeó y arrojó por la terraza de su vivienda a su mujer el 27 de mayo de 2020, una acción que le dejó graves lesiones neurológicas que la hacen dependiente para las actividades básicas de la vida. La sentencia fija una indemnización a favor de la víctima de 1,5 millones de euros. 

El acusado ha sido declarado culpable de un delito de lesiones agravadas con las circunstancias agravantes de parentesco y discriminación por razón de género (12 años de cárcel), tres delitos de maltrato familiar (9 meses por el primero, 9 meses por segundo y 11 meses por el tercero) y un delito de maltrato familiar habitual (2 años y medio de prisión).

Únicamente se le absuelve de los cargos de delitos de asesinato y homicidio en grado de tentativa, del delito de amenazas y del delito leve de injurias. El fallo dictamina que, pese a que la intención inicial del acusado fue acabar con la vida de su esposa, fueron sus acciones posteriores las que evitaron el fallecimiento de la mujer. 

En la resolución, los magistrados detallan la relación de "tóxica" y marcada por el "comportamiento violento e intimidante" del político desde el inicio de la relación en al que eran continuos y habituales empujones, goles, palizas y humillaciones. Los hechos del día relatan cómo el acusado "con la intención de acabar con la vida de la denunciante y, en todo caso, conociendo y asumiendo las altas posibilidades que existían de poner fin a su vida si la arrojaba, la lanzó al vació por el balcón o barandilla que soportaba el remate de la terraza, cayendo y golpeándose contra un pozo que había en la zona y el suelo, especialmente en la cabeza y en la espalda, quedando inmóvil y tirada en el suelo boca abajo". 

La violencia no cejó ni en ese momento, dado que el acusado bajó las escaleras y ya junto al cuerpo de la víctima comenzó a proferirle patadas, golpes y un palo en varias partes del cuerpo mientras le preguntaba mediante insultos si se había muerto ya. 

Fue en ese momento cuando el acusado la introdujo de nuevo en la vivienda dejándola en el suelo en posición de cúbito lateral derecho (posición de seguridad) y colocando un cojín debajo de su cabeza a la vez que trataba de frenar las hemorragias. El hombre solicitó asistencia médica mediante llamada al 112, al tiempo que llamó "a su amigo y a su hija" para que se personaran cuanto antes en la finca debido al "grave estado en que se encontraba su esposa".