Ya tenemos la lista de premiados en el XL Concurso Nacional de Fotografía “Semana Santa en Zamora”
Este certamen, que ya es un referente en el panorama fotográfico nacional, ha destacado una vez más la singular belleza y emotividad de la Semana Santa zamorana.
El primer premio fue otorgado a Víctor Olivencia Castro por su obra titulada “Dolor en la Catedral”, una fotografía que cautivó al jurado por su capacidad para transmitir la intensidad emocional y el simbolismo característico de estas celebraciones. La imagen destaca por su composición impecable y el uso magistral de la luz, que potencia la expresividad de la escena.
El segundo premio recayó en Carlos Fernando García Andrés con su fotografía “Cúpula”. Esta obra pone en valor un enfoque arquitectónico que rinde homenaje a los detalles y la monumentalidad de los edificios históricos de Zamora. La perspectiva de la cúpula capturada por García Andrés resalta la simetría y el arte que caracterizan las estructuras religiosas de la ciudad.
El tercer premio fue para Ángel Pérez González y su obra “La Última Agonía”, una fotografía que logra encapsular el dramatismo y la espiritualidad de la Semana Santa. El juego de sombras y la composición de la escena evocan una sensación de recogimiento y reflexión.
Además, el jurado decidió otorgar tres menciones honoríficas a trabajos que destacaron por su originalidad y profundidad.
Raúl González Miguel recibió una mención por su obra “Arco/Fuego”, una imagen que fusiona elementos simbólicos de la Semana Santa con un enfoque innovador.
Víctor Garrido Galán también fue reconocido con una mención por “A Vosotros”, que resalta la participación y la unión de la comunidad en estas celebraciones.
Por último, Alfonso Sainz Revuelta obtuvo una mención por “Ánima Hueca”, una obra que conjuga la sobriedad y el simbolismo del rito religioso con una atmósfera impactante.
El concurso, un homenaje visual a la tradición y el fervor de la Semana Santa zamorana, ha dejado una vez más una muestra de cómo la fotografía puede capturar y transmitir emociones profundas, manteniendo viva la esencia de una de las celebraciones más importantes de la región.