Un pregón cargado de recuerdos y un homenaje a Flecha para dar la bienvenida a la Semana Santa

pregón Semana Santa Zamora 2024

Durante el acto se otorgaron los prestigiosos Barandales de Honor que este año llegaba por partida doble. Uno concedido de manera póstuma al escultor Ricardo Flecha y otro a Trinidad Roncero, quien durante décadas fue la custodia del desaparecido Museo de Semana Santa

El Teatro Ramos Carrión, adornado con flores y con todas sus butacas ocupadas, abrió sus puertas para dar inicio al pregón de la Semana Santa de Zamora.

Antes de comenzar el evento principal, se otorgaron los prestigiosos Barandales de Honor que este año llegaba por partida doble. Este reconocimiento, otorgado por la Junta Pro-Semana Santa de Zamora desde 1968, fue concedido de manera póstuma al escultor Ricardo Flecha y a Trinidad Roncero, quien durante décadas fue la custodia del desaparecido Museo de Semana Santa.

"En el cielo, recibe lo que desde Zamora te enviamos en este Domingo de Ramos", anunció Rufo Martínez, secretario de la Junta Pro, antes de dar paso un conmovedor vídeo en recuerdo a Flecha y elaborado por Óscar Antón, que emocionó a todos los presentes.

Luis Fernando García fue el encargado de pronunciar el pregón, dando la bienvenida a la esperada Semana Santa ante la atenta audiencia de los zamoranos que escuchaban en silencio. García, una figura reconocida en la Semana Santa, es secretario de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias y presidente de la Asociación Capitonis Durii. Además, cuenta con una amplia experiencia en la proclamación de la Pasión, habiendo realizado pregones en Madrid, Valladolid, Vigo y en las ciudades colombianas de Bogotá y Popayán.

Su arraigada tradición familiar y su devoción desde la infancia lo han llevado a participar activamente en diversas hermandades y cofradías, como la Hermandad del Espíritu Santo, la Cofradía del Cristo de las Injurias y la Cofradía de la Vera Cruz, entre otras.

Un pregón que nace de la fe desde pequeño; de la pasión y el amor por la Semana Santa desde la cuna. “Lo que siento por nuestra Semana Santa es algo más que el afán por desfilar, por cargar, por organizar, es algo que los que la sienten de verdad, lo entenderán, porque no hay día que no recorra esas calles tan vacías a lo largo del año, porque guardo los recuerdos que desde pequeño he grabado y he cincelado en mi corazón para siempre”, versaba en su discurso. 

Son nueve días intensos, diecisiete desfiles, donde la retina no descansa y el corazón late a mil por hora. Un espectáculo donde “un pueblo entero rompe el ritmo de sus tareas cotidianas, abandona sus entretenimientos y se recoge en sí mismo para contemplar y clavar en su sangre la figura de Cristo quebrantado. Zamora, como una ciudad prendida del cielo, toda ella en estos días es un dilatado Calvario. Zamora llora, sangra entre sus murallas”.