La plegaria del centenario del Silencio la realiza la mayor autoridad eclesial de la Diócesis de Zamora
En el tradicional rito del Juramento del Silencio, considerado uno de los cinco actos más impresionantes de la Semana Santa en España, será el obispo de Zamora, Monseñor Valera, quien realice la plegaria ante la portentosa imagen del Cristo de las Injurias.
Monseñor Valera dirigirá la plegaria del centenario del Silencio ante el Cristo de las Injurias
Este acontecimiento tendrá lugar, como es tradición, al caer la tarde del Miércoles Santo, en la Plaza de la Catedral de Zamora. Allí, alrededor de 5.000 cofrades, arrodillados ante el Cristo de las Injurias (imagen anónima del siglo XVI), renovarán su compromiso de guardar silencio durante todo el recorrido procesional. Sin embargo, este año el rito adquirirá un significado aún más solemne por la conmemoración del centenario de la Hermandad.
Monseñor Valera, máxima autoridad eclesial de la Diócesis de Zamora, será el encargado de elevar la plegaria al Cristo de las Injurias, arrodillándose ante la venerada imagen, en un acto que se prevé cargado de simbolismo y emoción. Esta intervención episcopal pone de manifiesto la relevancia que la Hermandad del Silencio y su procesión tienen no solo para la Semana Santa zamorana, sino también para toda la comunidad cristiana de la diócesis.
Cabe recordar que la Procesión del Silencio, que este año cumple cien años de historia, comenzará en el atrio de la Catedral, como es costumbre, y en este aniversario tan especial, también se recogerá en el mismo lugar, subrayando el carácter único de esta edición conmemorativa.
El Juramento del Silencio es, sin duda, uno de los instantes más sobrecogedores de la Semana Santa zamorana y española. El silencio absoluto que se adueña de la Plaza de la Catedral, roto solo por la voz que pronuncia la plegaria y el posterior compromiso colectivo de los hermanos, crea una atmósfera de fervor y recogimiento que trasciende lo religioso y se convierte en una manifestación de identidad y tradición popular.
Con este gesto, la Hermandad del Silencio no solo honra su historia centenaria, sino que renueva el vínculo inquebrantable entre Zamora, sus cofrades y el Cristo de las Injurias, imagen que cada Miércoles Santo preside uno de los actos de fe más puros y respetados de la Semana Santa española.