Los peques del Corazón de María, también hacen cantera de la Semana Santa de Zamora
La cantera de la Semana Santa zamorana desfila ya con paso firme. Como cada año, el Colegio Corazón de María ha celebrado este jueves, 11 de abril, su ya tradicional procesión escolar, en la que los más pequeños han demostrado que la devoción y la tradición también se viven —y se transmiten— desde la infancia.
Ataviados con caperuz negro y cíngulo rojo, los escolares han recorrido el patio del colegio al ritmo de su banda de tambores, formada también por los alumnos del centro, que ha marcado con solemnidad y entusiasmo cada tramo del recorrido. La escena, cuidadosamente preparada por el profesorado y el equipo directivo, ha vuelto a reunir a decenas de familiares y amigos que, emocionados, han seguido los pasos de sus hijos entre aplausos, fotografías y orgullo compartido.
Pasos a hombros y tradición escolar
Los niños no solo han desfilado con atuendo semanasantero, sino que han portado sus propios pasos a hombros, imitando con mimo los gestos de los cofrades adultos y cuidando cada detalle del ceremonial. Las andas, adaptadas a su tamaño, han sido llevadas con solemnidad por turnos, mientras otros compañeros acompañaban la procesión como escoltas o integrantes de la banda.
Este acto se ha convertido ya en una cita ineludible del calendario escolar y una de las muestras más entrañables de cómo la Semana Santa se vive y se educa desde la base. El Colegio Corazón de María mantiene así una iniciativa que no solo acerca la tradición religiosa a los niños, sino que también fomenta el trabajo en equipo, el respeto, la participación activa y el sentimiento de pertenencia.
Una cantera que mantiene viva la Pasión zamorana
La expectación ha sido máxima un año más, y no es para menos: la procesión del “Corazón de María” es considerada ya una pequeña gran hermandad escolar, símbolo del relevo generacional en una ciudad donde la Semana Santa forma parte del alma colectiva.
Mientras los pasos escolares se retiraban entre vítores y sonrisas, quedaba claro que la pasión semanasantera tiene futuro asegurado en Zamora. Y comienza, como hoy, en un patio de colegio, con tambores, emoción… y muchas ganas de mantener viva la tradición.