La Policía Municipal ha acudido a certificar la suspensión de la segunda asamblea, correspondiente al ejercicio 2015.
La primera de las asambleas extraordinarias convocadas hoy por la directiva de Jesús Luz y Vida ha sido suspendida por el presidente, Jesús de la Concepción, después proponer levantar la sesión en varias ocasiones y ser interrumpido en sus alocuciones, si bien los hermanos presentes, al no disponer del turno de ruegos y preguntas, solicitaron la palabra.
La sesión, con apenas 91 asistentes, comenzaba con un ambiente tenso que ha evidenciado la fractura existente entre la directiva y gran parte de los hermanos -e incluso entre algunos grupos de cofrades- en su mayoría pertenecientes al grupo de cargadores de la imagen titular sobre los que pesa una orden de expulsión anulada posteriormente por el Vicario Judicial.
Tras el rezo de preces y apelar el capellán al espíritu de hermandad se iniciaba la asamblea con una primera polémica por la intención del presidente de alterar el orden del día.
La asamblea no aprobó las actas 2013 y la polémica se encendió con el recuento de los votos a favor o en contra de las cuentas, con varios recuentos y entradas y salidas en la sala por parte de hermanos que provocaron la protesta ante la aprobación del ejercicio económico.
Al ser extraordinaria (y no ordinaria), la directiva había suprimido puntos del orden del día fijado en 2014, así como el capítulo de ruegos y preguntas, lo que motivó que inicialmente uno de los hermanos de paso, no expulsado, quisiese exponer este hecho, lo que le fue denegado.
Con intervenciones educadas por ambas partes en unas ocasiones y otras inadmisibles por su tono y actitud en una hermandad, también por ambas partes, e incluso enfrentamientos entre algunos hermanos, el presidente anunciaba la suspensión de la asamblea extraordinaria correspondiente a 2014 y abandonaba la sala.
Poco después volvía para anunciar en un salón ya semivacío y en medio de un gran caos, que quedaba desconvocada la segunda de las asambleas, aunque un numeroso grupo de hermanos ha permanecido en la sala con la intención de levantar acta notarial ante lo irregular de la situación, lo que finalmente se ha resuelto con la presencia de la Policía Municipal para dejar constancia del hecho.
Lo ocurrido esta tarde es el triste reflejo de una crisis que se vive en el seno de la hermandad que hoy ha desembocado en un enfrentamiento público en una sesión para la reflexión por todas las partes.
Nadie ha salido contento, no podría ser así, en una sesión en la que se han perdido los papeles, se ha incurrido en descalificaciones personales -aunque la mayoría de los presentes han sido educados- y se han desatado los nervios. Una sesión bochornosa que si algo ha evidenciado es una fractura que parece cada vez más insalvable entre la directiva y una parte de los hermanos de carga, fila y fundadores.
La suspensión de la sesión se ha saldado con acusaciones mutuas de querer 'reventar' la asamblea, mientras un sector del grupo crítico pedía la dimisión del presidente en medio de un ambiente crispado.
Hay que recordar que en lo que han coincidido ambas partes en este tiempo ha sido en solicitar en reiteradas ocasiones al Obispado que resuelva una situación que se prolonga ya demasiado y que lleva un año y medio pendiente de fallo el el Tribunal de la Diócesis, con evidente perjuicio de la hermandad y de su espíritu interno.