Luis Jaramillo ofrece el silencio como cofrade ante el Cristo de las Injurias

photo_camera Luis Jaramillo, acompañado por el Obispo de la Diócesis, minutos antes de ofrecer el Silencio ante el Cristo de las Injurias (Foto Rafa Lorenzo)

Ataviado con su capa de hermano emérito de la Real Cofradía, el director regional de Cope ha tenido un recuerdo para las víctimas de Bruselas y ha pedido a los zamoranos que hagan uso de la palabra.

El director regional de la Cope, Luis Jaramillo Guerreira, ha ofrecido esta tarde el Silencio de Zamora ante la imagen del Cristo de las Injurias, convirtiéndose en la primera persona que lo hace sin ostentar la Alcaldía de la ciudad. Ataviado con su túnica y su capa de hermano emérito, Jaramillo ha tenido un recuerdo para las víctimas de los atentados de Bélgica y ha pedido a los zamoranos que tengan la misma fuerza y apertura durante todo el año y que hagan uso de la palabra para reclamar lo que en justicia les pertenece.

Sereno, a los pies del Cristo de las Injurias, Luis Jaramillo ha pronunciado un discurso con contenida emoción desde la fe en el Crucificado en el que no han faltado las alusiones a la problemática social de los refugiados y exiliados, de las víctimas de la violencia o de los jóvenes que no encuentran en Zamora un lugar donde labrarse el porvenir.

Como ya hiciera ayer el Obispo de la Diócsis en la misa de las Siete Palabras, Jaramillo ha tenido un especial recuerdo para las víctimas de la barbarie terrorista de ayer en Bélgica. Ha instado a los zamoranos a tener la misma hospitalidad y apertura durante todo el año y a no guardar silencio, a alzar la voz para defender lo que en justicia le corresponde a la ciudad.

Para Luis Jaramillo, la ofrenda del Silencio de cada Miércoles Santo "no es un silencio cobarde, ni de agachar la cabeza, ni de actitud esquiva ante los problemas. Hoy Zamora reza porque tu ejemplo ha llenado las almas de quienes admiramos tu vida, tu obra y tu sufrimiento, y cómo fuiste capaz de caer hasta tres veces y levantarte para poder ofrecer a la humanidad la mayor historia de amor".

La ofrenda ha concluido con una mirada especial al Cristo de las Injurias a quien ha pedido que proteja a su ciudad y a su Real Cofradía.

Una vez concluida su intervención los cofradesse han hincado de rodillas y el Obispo de Zamora, monseñor Gregorio Martínez Sacristán, ha tomado juramento del Silencio, al que todos han asentido bajo sus caperuces rojos. Entonces los clarines han roto la noche y el Cristo de las Injurias ha recorrido las calles de la ciudad.

Texto íntegro de la ofrenda del Slencio, por Luis Jaramillo

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