El administrador diocesano, José Francisco Matías, ha querido compartir sus reflexiones sobre la situación en la que nos encontramos: un Domingo de Resurrección, una Pascua atípica marcada por la incertidumbre y el dolor que genera el virus convertido en pandemia.
José Francisco Matías, tras un mes de confinamiento y de "falta de libertad", lanza la pregunta sobre las dudas que pueden surgir: "Señor, ¿es que nos has abandonado?, ¿por qué nos has abandonado?". A la par, ha resonado más que nunca, durante el Domingo de Ramos y Viernes Santo, en la lectura de la Pasión, la exclamación de Jesús "que está en el trasfondo de nuestras interrogaciones: '¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué nos has abandonado?'".
El administrador diocesano señala que en esta situación "vivimos a la intemperie" sin saber qué hacer o cómo resguardarnos mejor del contagio. Un "no saber" que "nos abruma, nos recluye, mina nuestras energías". El momento que nos toca vivir "ha descolocado nuestra vida, tanto interna como externamente".
Halaga el esfuerzo y sacrificio que realizamos para que "alguna pared quede en pie para poder ponernos al socaire ante posibles futuros ventarrones". Responsabilidad y unión, "juntos hemos descubierto que somos frágiles, demasiado frágiles, cuando el culto a la persona lo habíamos elevado al altar de la seguridad, del control, de la eficacia, del personalismo".
Estas son algunas de las reflexiones que hace José Francisco Matías, administrador diocesano de Zamora, que en este Domingo de Resurrección apela a la paciencia y a la virtud, a aprovechar este momento "como humanos y más como cristianos, de asumir el dolor y compartir las penas" de tantas personas.
