"La Semana Santa popular no puede situarse al margen de la tradición viva de la Iglesia"

photo_camera José Ángel Rivera de las Heras, pregonero oficial de la Semana Santa 2014 (Foto: diocesisdezamora.es)

El sacerdote e historiador José Ángel Rivera de las Heras pregona mañana la Pasión zamorana en el Ramos Carrión

El sacerdote y delegado diocesano de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras, será el encargado de pronunciar mañana el pregón oficial de la Semana Santa Zamora 2014. Historiador, investigador y profundo conocedor de la Pasión zamorana y de la religiosidad popular, el pregonero realizará, según adelanta en esta entrevista, un pregón en el que conjugará la historia, el arte, la literatura, la fe y sus vivencias particulares.

-Pregona mañana la Semana Santa de Zamora. ¿Qué ha significado para usted ser pregonero oficial?

-En primer lugar, un honor por la distinción que me ha otorgado la Junta Pro-Semana Santa al designarme para tal menester en este año. En segundo lugar, una responsabilidad enorme, porque soy consciente de las expectativas que suscita el pregón en la ciudad. Y finalmente, un servicio a la Iglesia de Zamora y a mis conciudadanos.

-Usted es un hombre de fe, pero conoce bien el hondo significado de religiosidad popular y tradición que encierra la Semana Santa. ¿Esto es conjugable? No siempre fueron de la mano...

-Por su origen, la Semana Santa popular, aquella que se expresa a través de cofradías y hermandades y de las procesiones, nació de forma natural, de la fe de la Iglesia, como complemento de la celebración litúrgica y como cauce para manifestar la confraternidad en la asistencia a las personas necesitadas. El culto devino cultura y caridad. De este modo, si somos fieles a su origen histórico, la Semana Santa popular no puede situarse en contradicción o al margen de la fe y la Tradición viva de la Iglesia, ni la Iglesia puede ignorar o relegar tal manifestación, porque es filiación suya; por el mismo motivo, tampoco es permisible que otras voluntades, intraeclesiales o extraeclesiales, por muy notables que éstas sean, pretendan sustraerla de su ámbito original y natural. En resumen, la contraposición excluyente no debe tener cabida, pues la fe y la devoción van de la mano, aunque no se identifiquen.

-Es, además, delegado de patrimonio de la Diócesis. La Semana Santa cuenta con un importante legado que conservar. ¿Es igual de importante saber transmitir el legado de la fe?

-Los que nos precedieron en el camino de la fe hicieron un esfuerzo importante por renovar la representación plástica de los momentos más destacados del misterio pascual de Cristo, unas veces sustituyendo pasos antiguos y otras incorporando pasos nuevos, realizados por encargo o haciendo desfilar obras de gran calidad artística que se encontraban al culto en las iglesias. Este legado inmenso se ha de conservar y transmitir a las generaciones futuras en las mejores condiciones posibles. Del mismo modo, la fe, que se recibe como un don del cielo, se ha de transmitir de padres a hijos con el testimonio de la vida personal y social, con palabras, obras y vivencias. Si esto último está asegurado, lo anterior también lo estará.

-¿Cuáles van a ser las líneas principales de su pregón?

-Dada mi condición de sacerdote al servicio de la Iglesia en Zamora, de mi responsabilidad pastoral en el ámbito del patrimonio religioso y cultural de la diócesis, y de mi afición por la investigación en el campo de la historia del arte, es fácil intuir cuáles serán las coordenadas en que situaré el pregón. Habrá teología, eclesiología, liturgia, espiritualidad, pastoral, arte, literatura y vivencias personales.

-Desde su infancia siente una especial vinculación por el Nazareno de San Frontis. ¿Qué otros momentos e imágenes le emocionan de forma especial?

-Cada procesión tiene su identidad y unas características que la distinguen de las demás. Con cada una de ellas se puede disfrutar, y el gozo interior que produce puede elevar el espíritu y conducirlo hacia el encuentro con el misterio representado. No obstante, creo que hay momentos sublimes que tocan el corazón de modo especial, como el Juramento del Silencio ante la sobrecogedora imagen del Cristo de las Injurias, el canto del Salmo Miserere ante el paso de Cristo Yacente, el trascurrir del Cristo del Amparo acompañado por el sonido del bombardino y de las matracas, y, cómo no, hacer una oración personalizada por cada una de las personas que han formado y forman parte de mi vida mientras acompaño al Nazareno de San Frontis y a la Virgen de la Esperanza en la noche del Martes Santo.

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