En abril del pasado año se registraron 78 litros por metro cuadrado, el doble de la media habitual
La de 2013 fue la Semana Santa con más lluvias en los últimos 30 años, según confirma un estudio comparativo realizado por la Aemet de Castilla y León tomando como referencia las celebraciones de este periodo de tiempo en la capital zamorana. Las precipitaciones, que se sucedieron prácticamente todos los días de la Pasión, fueron especialmente intensas los días de Viernes Santo y Domingo de Resurrección, con una media de lluvias que puede considerarse un hecho "muy excepcional".
Así, según informa José Pablo Ortiz, director de la Aemet en Castilla y León, el año pasado en abril se registró una media de agua de 78 litros/metro cuadrado, lo que duplica la media normal de todo el mes de abril en los últimos 30 años y con un tipo de precipitaciones de lluvia, muy persistentes, frente a los chubascos, que son ocasionales y de menor duración.
La comparativa revela datos curiosos como que en este periodo la Semana Santa ha coincidido 16 veces en abril, 8 en marzo y 8 a caballo entre los dos meses. En cuanto a las características de cada mes, abril es más lluvioso que marzo. En este sentido, un 25% de las Semanas Santas de marzo ha llovido, mientras el porcentaje se eleva hasta el 36 por ciento cuando ha sido en abril. Hay que tener en cuenta que la estadística es un cómputo global de los últimos 30 años, con celebraciones en las que no ha llovido o con semanas como la del año pasado, en la que se registraron lluvias todos los días.
Este informe también revela que los mayores índices de lluvia se registran entre las cinco y las ocho de la tarde, con menor probabilidad durante la noche y la madrugada por el enfriamiento que produce la caída del sol.
Además, según las estadísticas, el Jueves Santo ha llovido en general un 30% de estos años, con un 10% en marzo y un 40% en abril; este porcentaje se dispara hasta un 47% de Viernes Santos con lluvia, con un 50% en marzo y un 45% en abril.
En cualquier caso, al coincidir en marzo o abril, se trata de la época del año en la que más precipitaciones pueden caer.