La fe resistió al mal tiempo en Tábara con un Viernes Santo de emoción y silencio

El Santo Entierro y el Pendebás recorrieron las calles con menor trayecto pero con la misma intensidad
Imagen de Tu voz digital
photo_camera Imagen de Tu voz digital

Ni el cielo encapotado logró frenar el pulso religioso de Tábara en uno de los días más intensos de su Semana Santa. Las dos procesiones más simbólicas del municipio, el Santo Entierro y el Pendebás, pudieron salir finalmente a la calle este Viernes Santo, aunque adaptando sus recorridos a las previsiones meteorológicas.

La primera en celebrarse fue la del Santo Entierro, una cita que cada año convoca a generaciones de tabareses en torno a una misma imagen: la del Cristo Yacente, portado por los quintos del año. En su transitar por la Plaza Mayor y la Plaza de Santa Rosa, los fieles acompañaron también a la Dolorosa y al Bendito Cristo, sumidos en un ambiente de respeto y oración marcado por el rezo del Viacrucis. A pesar de su brevedad, el recorrido no perdió ni un ápice de solemnidad.

Ya entrada la noche, la localidad se sumió en un silencio sobrecogedor para recibir al Pendebás, una procesión que hunde sus raíces en lo más profundo del sentimiento popular. A la luz tenue de las farolas, solo interrumpida por el canto del Stabat Mater Dolorosa, la imagen de la Virgen Dolorosa avanzó lentamente por las calles, envuelta en un ambiente de recogimiento que sobrecogió a vecinos y visitantes. Noticia completa.

Comentarios