Epílogo de la Pasión

Las cofradías han "desvestido" los pasos esta mañana en el Museo.

Hace apenas tres semanas el Museo de Semana Santa era un hervidero para "vestir" los pasos y prepararlos para la Semana Santa con sus mejores galas, con sus faldillas de procesión y las túnicas y ropajes bordadas en oro para que los nazarenos y las vírgenes luciesen con todo su esplendor en las calles. Esta mañana se vivía la operación inversa, el epílogo de la Semana Santa, con el regreso de las faldillas y túnicas de diario a los pasos e imágenes.

Cargadores, directivos, cotaneros y camareras se afanaban esta mañana en "desvestir" los pasos, cerrando así una Semana Santa que ha permitido que todas las cofradías saliesen a la calle y luciesen su patrimonio en las mejores condiciones ante miles de personas.

Hoy las faldillas, mantos y túnicas bordadas primorosamente en oro volverán a los conventos de clausura y a los armarios de las sedes de las cofradías, que viven su epílogo devolviendo los enseres a sus armarios y arcones, donde esperarán un año para ver la luz y engalanar de nuevo las mesas, para acariciar la madera de las imágenes de devoción que convertimos por la fe en carne y hueso, en un Cristo que de verdad muere en Zamora, en una Madre que vierte lágrimas de verdad.

La Verónica ya luce el vestido que donase una joven pareja cuyo amor se quedó por el camino, y la Virgen de los Clavos regresa al vestido que bordase con puntadas de paciencia y amor Lita Pedrero; las faldillas negras y moradas con flecos de oro ya han sido sustituidas por las de tela granate ignífuga que protege durante el año a los pasos de posibles fuegos mientras las baterías han quedado apagadas y desinstaladas, porque no hay noche que combatir con sus focos.

En el Museo se ha cerrado un año más una Pasión ya vivida y allí mismo miles de zamoranos han iniciado la cuenta atrás esperando la Semana Santa del próximo año.

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